El sucesor del Protocolo de Kioto podría llegar a más tardar en 2020… o no.
China sorprendió ayer durante la 17 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en Durban, Sudáfrica, al anunciar que está dispuesta a asumir un acuerdo legalmente vinculante de reducción de emisiones contaminantes a partir de dicho año, aunque con la condición de que los países desarrollados renueven Kioto -cuya primera fase concluye en diciembre de 2012- y aceleren la financiación para ayudar a las naciones en desarrollo a enfrentar el cambio climático.
El dinero provendría de un Fondo Verde acordado en la cumbre del año pasado en Cancún, el cual busca destinar hasta 100 mil millones de dólares por año hasta la puesta en marcha del nuevo pacto ambiental.
«Aceptamos un acuerdo legalmente vinculante (a partir de 2020)», declaró el principal negociador chino, Xie Zhenhua, al inicio de una decisiva segunda semana de trabajos en Durban.
El anuncio del gigante asiático fue recibido con cautela por Europa, que junto con Australia, ha aceptado mantenerse en Kioto, siempre y cuando los principales países contaminantes también lo hagan.
China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón encabezan la clasificación de mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta.
«China habló sobre un acuerdo obligatorio después de 2020. La pregunta es si estará obligada legalmente. Eso sería interesante», dijo la comisaria de acción por el clima de la Unión Europea, Connie Hedegaard.
Sin embargo, el enviado especial estadounidense para el cambio climático, Todd Stern, afirmó que las condiciones chinas no eran aceptables.
«Para que haya un acuerdo legalmente vinculante que tenga sentido, todos los grandes actores deberán adquirir obligaciones y compromisos con la misma fuerza legal», señaló.
«Eso significa sin condicionamientos, sin condiciones de recibir el financiamiento, sin trampas», agregó.
Esta postura fue criticada por organizaciones ambientalistas que acusaron a Washington de obstruir las negociaciones.
«Si Estados Unidos insiste en impulsar este peligroso camino, que se haga a un lado y permita que los otros países avancen», dijo Celine Charveriat, directora de Oxfam.
Por su parte, Japón, Rusia y Canadá han dicho que no firmarán una extensión de Kioto, lo que hace que las negociaciones sigan en punto muerto.
Fuente: Reforma, Internacional, p. 24.
Por: Adriana Alatorre.
Publicada: 6 de diciembre de 2011.