Recientemente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado un estudio sobre políticas públicas de Conducta Empresarial Responsable (CER). Te compartimos de qué va este proyecto así como un poco más sobre el tema.
¿De qué va la Conducta Empresarial Responsable (CER)?
Siguiendo información de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la conducta empresarial responsable (CER) significa que todas las empresas, independientemente de su forma jurídica, tamaño, estructura de propiedad o sector, evitan y abordan las consecuencias negativas de sus operaciones, al tiempo que contribuyen al desarrollo sostenible de los países en donde operan.
CER significa integrar y considerar los problemas ambientales y sociales dentro de las actividades comerciales centrales, incluso a través de las cadenas de suministro y las relaciones comerciales.
Aunque la CER a veces se usa indistintamente con la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), se entiende que es una aproximación más completa e integral para el eje del negocio de lo que tradicionalmente se considera RSC (principalmente, filantropía).
Un elemento clave de la CER es la debida diligencia basada en el riesgo, un proceso mediante el cual las empresas identifican, previenen y mitigan sus impactos negativos actuales y potenciales y explican cómo se abordan.
Prácticas de Conducta Empresarial Responsable
El proyecto más reciente por parte de la OCDE afirma que en las últimas décadas México se ha convertido en una economía de renta media-alta, pasando de ser una economía dependiente del petróleo a un gran centro para los sectores manufacturero, automotor, electrónico y de servicios financieros.
Esta transición se ha visto impulsada por las políticas públicas de apertura al comercio y a la inversión, el crecimiento de las exportaciones y una participación creciente en las cadenas globales de valor (CGV). Como resultado, México es hoy la segunda economía de América Latina.
La apertura de nuestro país al comercio y la inversión, ha contribuido además a crear una mayor conciencia entorno al hecho de que las empresas no solo deberían respaldar el desarrollo económico, sino también desempeñar un papel en el progreso social y ambiental y adoptar prácticas empresariales responsables.
Las empresas y su contribución al desarrollo sostenible
La conducta empresarial responsable (CER) es la expectativa de que las empresas deberían contribuir de manera positiva al desarrollo sostenible al tiempo que identifican, previenen y mitigan los impactos negativos que sus actividades, cadenas de suministro o relaciones empresariales puedan causar, o a los que pueden contribuir, sobre las personas, el planeta o la sociedad.
La aparición de dichos impactos en México, junto con las exigencias de socios comerciales y de inversión en cuanto al respeto de los estándares laborales y ambientales, ha llevado progresivamente al Gobierno mexicano, pero también a las propias empresas y a otras partes interesadas, a adoptar medidas para promover la CER.
Y aunque la mayoría de las iniciativas del sector privado siguen aún un enfoque de responsabilidad social empresarial (RSE), las principales organizaciones empresariales de México han empezado a promover activamente la agenda de CER, con especial atención en la debida diligencia.
Pese a estos alentadores avances, México se enfrenta a una serie de obstáculos para alcanzar el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible. Debido a su dependencia en el comercio y la inversión, la economía mexicana resultó duramente golpeada por la pandemia de COVID-19, que contribuyó a aumentar la pobreza y a exacerbar las desigualdades y vulnerabilidades ya existentes.
La informalidad laboral está extendida en el país y afecta gravemente a los trabajadores informales mexicanos que no tienen acceso a la protección social. El trabajo infantil y forzoso también persiste en México. Además, los elevados niveles de corrupción e impunidad constituyen graves impedimentos para el estado de derecho, lo que afecta al potencial económico del país, su entorno empresarial y las vidas de sus ciudadanos.
Sin embargo, México puede impulsar e incentivar la CER, ya sea dando el ejemplo al actuar como actor económico o incluyendo consideraciones de CER en áreas de política pública que puedan tener influencia sobre la conducta empresarial.
3 formas de impulsar la CER
1. Contratación pública
La contratación pública es una de las áreas a través de las cuales los Gobiernos pueden influir sobre el comportamiento empresarial e incentivar las prácticas empresariales responsables.
El marco jurídico mexicano para la contratación pública federal incluye ya unas cuantas consideraciones de CER, especialmente en la fase de licitación, con varias disposiciones sobre medio ambiente, género, trabajadores con discapacidad e integridad.
Sin embargo, y a pesar de que se están llevando a cabo reformas que prevén una mayor inclusión de consideraciones de CER en el sistema federal de contrataciones, existen oportunidades para desarrollar el uso de la contratación pública como una herramienta estratégica mediante la cual el Gobierno de México puede impulsar e incentivar la CER.
2. Integrar consideraciones de CER en el funcionamiento de empresas estatales
Los Gobiernos también pueden dar el ejemplo integrando consideraciones de CER en el funcionamiento de sus empresas estatales (EE). En el caso de México, las dos EE principales, Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), han empezado a integrar algunas consideraciones de CER en sus políticas, en particular en lo relativo a la lucha contra la corrupción y la integridad.
No obstante, no han desarrollado un enfoque de CER estructurado y amplio que cubra las distintas áreas de las Líneas Directrices de la OCDE para las EMN de manera transversal e integrada.
3. Uso de políticas públicas de comercio e inversión
Los Gobiernos también pueden utilizar las políticas públicas de comercio e inversión para promover la CER. Esto es especialmente pertinente para México, cuyo comercio exterior representa casi el 80 % de su PIB y que cuenta con una amplia red de acuerdos comerciales y de inversión.
Las políticas públicas mexicanas para la promoción del comercio y la inversión, que son en la actualidad objeto de importantes reformas, ya incluyen algunas consideraciones de CER.
Este es también el caso de varios acuerdos comerciales y de inversión suscritos por México. Sin embargo, en ambos casos esto es esporádico y el país aún debe desarrollar una estrategia general para situar a la CER sistemáticamente en el centro de sus políticas comerciales y de inversión.
México ha empezado a tomar pasos concretos para construir un entorno propicio para la CER, como demuestra el hecho de que es el primer miembro de la OCDE que se somete a un Estudio sobre políticas públicas de CER.
Tras la crisis de la COVID-19, el Estudio sobre políticas públicas de CER tiene como objetivo mejorar los resultados económicos, sociales y ambientales de México promoviendo prácticas empresariales responsables que respondan a las demandas de sus socios comerciales y de inversión, reforzando así su integración en la economía global.
Si deseas conocer el informe completo puedes hacerlo aquí.
