Por: Alberto del Castillo Román/Director de Selección y Consultoria de ADECCO México
Actualmente, el elemento diferenciador de las organizaciones, así como su competitividad, lo componen. El capital humano se convierte en el activo más valiosos que posee una organización, destacándose sobre los actios físicos y financieros, e incluso por encima de las demás intangibles.
Este rasgo distintivo es la base de la competitividad organizacional actual y está constituido basicamente por las capacidades de los individuos. De ahí la imporatancia de su gestión, pues son las encargadas de generar la aptitud esencial que permita obtener las ventajas competitivas sostenibles.
Es así como la gestión por competencias adquiere importancia en aquellas organizaciones que visualizan al aprendizaje individual y colectivo como una línea estratégica para su desarrollo. Se trata de una posibilidad para distinguirse en los mercados y/o servicios a prestar, así como en una vía para profesionalizar el trabajo y generar oportunidades de desarrollo para el personal. Bajo esta pespectiva, y con la conjunción de los elementos que conforman a las competencias, es necesario dirigir los esfueros y estrategias de la organización hacia la adquisición y desarrollo de talento.
Por tal motivo, la táctica a seguir se convierte, en un primer escenario, en una Gestión del Copromiso (organizativo). Para lograrlo hay que reconocer cuál es la aportación del valor al recurso humano, así c´omo mdir y gestionar los facilitadores que refuerzan el compromiso de los taletod con los proyectos, lo que implica:
Estos elementos en conjunto nos llevan al hacer, es decir, a la competencia que resulta observable para los démas yq ue pertmite establecer diferentes niveles de desmpeño y/o profesional, ya sea durante la realizaión de tareas diversas o en sus interacciones sociales.