BanBajío es ESR, y el de más multas en diciembre
En diciembre del 2014, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) impuso 47 sanciones a bancos que operan en el país por un monto superior a los 2.6 millones de pesos. El banco más sancionado en el periodo fue Banco del Bajío con 1.4 millones de pesos en multas; seguido de Santander, con 493,200 pesos; Banorte, con 328,800, y ABC Capital, con 287,300.
El resto se distribuyó entre Banamex, Invex, Bancomer, y Actinver, aunque en éstos los montos fueron mucho menores.
De acuerdo con el reporte de la CNBV, ninguna de las multas impuestas en diciembre había sido pagada, además de que ninguna estaba en firme, es decir, las instituciones financieras pueden aún interponer recursos.
Algunas de las faltas que la autoridad detectó y que derivaron en la aplicación de sanciones a las instituciones en diciembre del 2015 fueron: presentar deficiencias relacionadas con la integración de expedientes de créditos hipotecarios; mostrar insuficiencia de estimaciones preventivas para riesgos crediticios, y otorgar un crédito registrado incorrectamente en la cartera vigente, debiendo estar en cartera vencida, entre otras. Ninguna fue considerada grave.
Con ello, la CNBV impuso en todo el 2014 multas por casi 154 millones de pesos a los bancos que operan en el país por diversas irregularidades. Aquí se incluyen los casi 30 millones que Banamex recibió de sanción derivados del fraude de que fue víctima por parte de Oceanografía.
Gracias a la reforma financiera, la CNBV tiene la facultad de publicar, desde el 2014 y de forma mensual, las sanciones económicas que imponga a los bancos y otros intermediarios financieros en el mes inmediato anterior, así como los motivos y otros elementos.
Antes de la reforma, la autoridad sólo podía hacer públicas las multas hasta que éstas quedaran firmes, es decir, cuando ya no pudieran ser motivo de impugnación.
Los bancos que recibieron el mayor monto en multas en el 2014 fueron Monex, Banamex, BanRegio y Ve por Más, según los datos del órgano regulador.
Fuente: El Economista