Los niños y jóvenes para quienes asistir a la escuela es una obligación, con frecuencia dejan de asistir a clases o de realizar sus tareas en casa. Pero para aquellos que carecen de estas oportunidades, la educación se convierte en un privilegio por el que hay que hacer un enorme esfuerzo e incluso arriesgar su vida.
Ahora las vacaciones de verano están a punto de terminar e independientemente de a qué grupo pertenezcan, todos esos estudiantes volverán a las aulas para aprender cosas nuevas y convivir con sus compañeros a la hora del descanso. Para Rodrigo la escuela se trata únicamente de las clases.
Un viaje de cinco kilómetros a caballo en Uruguay es lo que debe recorrer Rodrigo Martinez para llegar a la primaria número 111 de Palleros, y es un precio que paga con gusto a sus 11 años de edad por tener acceso a la educación que le brinda la profesora Lourdes Vilela, quien todos los días ofrece sus conocimientos al único estudiante en su salón de clases.
Desde que comenzó su trayectoria escolar en primer año, la maestra Lourdes ha conducido a Rodrigo por el camino del conocimiento, por lo que Rodrigo ya la considera una segunda mamá.
«Compartimos el desayuno, él viene a caballo y lo estamos esperando con la auxiliar de servicio y desayunamos aquí en la escuela, luego comenzamos la clase, y al mediodía almorzamos también juntos», declara su profesora a El País.
Rodrigo permanece en la escuela hasta las tres de la tarde, momento en el que debe emprender el camino de regreso a casa luego de recibir una educación personalizada.
Por su parte Lourdes Vilela se encuentra preocupada por la permanencia del centro educativo, ya que no cree que un alumno sea suficiente para mantenerlo en funcionamiento; sin embargo se muestra optimista y mantiene la esperanza de que nuevos vecinos se muden pronto cerca del lugar.
«Una familia que tiene campo acá sabemos que se va a venir a vivir cerca de la escuela, con dos niños en edad escolar y además hay otra familia que tiene una niña que el año que viene ya tendrá edad para comenzar educación inicial, y entonces aumentaremos la matrícula», afirma con alegría.
Al respecto el encargado de las escuelas rurales de la Inspección de Primaria, Rubén Curbelo asegura que mientras exista un alumno, la institución permanecerá abierta al igual que otras seis escuelas cuya matricula oscila alrededor de los dos estudiantes.