Cada día, los seres humanos utilizamos una enorme cantidad de recursos y emitimos de contaminantes a la atmósfera. El gasto de energía eléctrica, el uso de distintos medios de transporte y los residuos de productos que consumimos y desechamos rápidamente dañan todos los días nuestro medio ambiente.
Aunque podría parecer que este proceso es exclusivo de los adultos y su creciente deseo de consumo, la realidad es que comienza desde temprana edad, por lo que los bebés no están exentos. Las nuevas generaciones contribuyen con la degradación de nuestro planeta desde el inicio de sus días, y aunque deben gran parte de su huella ambiental a las decisiones de compra de los adultos, lo cierto es que como usuarios finales de algunos productos, ejercen un impacto negativo involuntario a nivel ambiental.
Los pañales desechables representan entre el cinco y el once por ciento de entre toda la basura que se produce en México. El mayor componente es la celulosa, pero los pañales cuentan con otros materiales que complican su degradación; dependiendo del caso, toma de 100 y hasta 300 años.
Por ello, es cada día más importante adoptar alternativas ecológicas que le permitan un respiro al medio ambiente.
