Se estima que cerca del 80% de los trabajos se realizan sentados y en una oficina lo que atenta contra la salud y las advertencias de los especialistas que llaman a combatir el sedentarismo.
Las consecuencias de ello son la obesidad y lesiones asociadas a un aumento en el peso, a malas posturas y movimientos inadecuados.
Una buena forma de sobrellevar este mal hábito es haciendo pausas, pero pausas activas, una especie de“recreos” de unos 15 minutos durante la jornada de trabajo para realizar ejercicios compensatorios, aconsejan los expertos.
La coordinadora de la carrera de Preparador Físico del CFT Santo Tomás Concepción, Paola Farfán, dice que lo más apropiado es comenzar con una serie de estiramientos que contrarresten los efectos de la rutina, para lo que no se requiere de grandes espacios, pues se pueden utilizar las mismas instalaciones.
“Por ejemplo, si a mitad de mañana siente malestar en el cuello producto de la posición que adopta al trabajar, entonces puede mejorar esa incomodidad con flexiones, giros e inclinaciones para generar alivio. Y no solo el cuello, también las piernas, brazos, muñecas y todas aquellas zonas que estén expuestas a posturas que a la larga pueden traducirse en patologías, e incluso en enfermedades profesionales”, señala.
Reducen el estrés laboral
La modalidad de la pausa activa ha ido ganando terreno en las empresas, pues se ha comprobado que desde su puesta en marcha, los trabajadores reducen el estrés, rompen con la monotonía, disminuyen la capacidad de errores, y por lo mismo, aumenta su productividad.
Esto sumado a los beneficios que genera en el organismo, como la prevención de lesiones musculares y las mejoras en la irrigación sanguínea.
“Inténtelo en su trabajo, sea cual sea, y verá como poco a poco se transforma en una persona más feliz, motivada y que mira con otros ojos cada nueva jornada laboral”, remarca Paola Farfán.
Fuente: mba & educación ejecutiva