Seguramente conoces esa sensación de despertar sin ganas de levantarte para ir a trabajar. Suena la alarma, pero la ignoras porque sabes lo que te espera para las próximas horas y días de la semana.
Muchos dirían que si estás en un trabajo que odias y donde lo pasas muy mal, este es el síntoma principal para pensarlo, no más de dos veces, y renunciar.
Sin embargo, conservar el trabajo que odias y ser infeliz por algún tiempo tiene una razón lógica para algunas personas. A continuación, presentamos cinco razones para conservar el trabajo que odias.
1. Dinero
Esto es lo primero que debes tomar en cuenta, parece un tema trivial, pero no lo es tanto. Imagina que te puedes sentir muy bien contigo mismo, sin embargo, esta sensación no pagará las cuentas.
El dinero es un factor importante a considerar cuando se trata de cambiar de trabajo. Por ello, si la posición actual te garantiza un jugoso pago a cambio de miseria personal, entonces, tal vez sea algo que valga la pena aguantar.
Esto no significa que estarás ahí lo que resta de tus días laborales. Construir un colchón de ahorros te permitirá tener una sensación de comodidad y seguridad en el caso de que busques algo mejor.
2. Un futuro prometedor
Hay ciertos factores que puedes amar del lugar donde trabajas: la cultura laboral, tus compañeros, y los horarios flexibles. Pero siempre hay algo que te hace miserable: las tareas del día a día.
Si odias tu trabajo, es importante pensar en el potencial que tiene dentro de la empresa. A veces, es necesario cubrir determinada cantidad de tiempo y labores para obtener un mejor puesto dentro de la organización.
En el caso de que veas potencial de crecimiento para una vacante que te emocione, tal vez debas hacer a un lado el orgullo y dejar las cosas al tiempo. Si después de seis meses no hay nada claro, llega el momento de reevaluar la situación,
3. Prestigio y contactos
Puedes odiar tu trabajo, pero eso no significa que sea totalmente inútil para el currículum. Y esto es verdaderamente especial cuando se trata de la reputación del empleador.
Hay algunos aspectos que debes evaluar: Si la empresa es bien conocida en la industria; permanecer un año muestra estabilidad y puede abrir otras puertas en el camino; conoces gente poderosa y bien conectada, la cual, puede ofrecerte un empleo en el futuro.
Considerar la influencia de la empresa en la industria siempre es algo que se debe hacer. La mayor parte de los empleadores siempre sospechan de aquellos candidatos que estuvieron en las mejores empresas por sólo dos meses.
4. Mejoras tus habilidades
El empleo que acaba con las ganas de trabajar tiene su lado positivo. Tienes que darte cuenta que, de alguna forma, obtienes algo de él.
Tomo trabajo, sin importar lo miserable que sea, presenta la oportunidad de tratar y aprender nuevas cosas. La posición actual te puede permitir ampliar tus habilidades en varias áreas que necesitan mejoras.
Esa es la forma en la que puedes convertirte en alguien sumamente calificado e impresionante cuando se presente una oportunidad más grande.
5. Incertidumbre
Normalmente no se recomienda dejar un lugar sin antes saber qué se busca hacer. Lleva un tiempo determinar cuál será el siguiente paso.
Algunos reconstruyen sus carreras cada determinado tiempo, y eso está bien. Pero no tiene sentido decirle adiós al pago fijo y ser desempleado, o entrar a otro trabajo igual de odioso, sólo por renunciar.
Así que, mira al actual trabajo como una oportunidad y aprende a manejar las cosas que no te gustan. Es importante tomarse el tiempo necesario para evaluar lo que buscas.
Fuente: mba & educación ejecutiva