La CFE contempla construir dos hidroeléctricas, con capacidad para 700 megawatts, adicionales a La Yesca, que se realiza en los límites de Jalisco y Nayarit, y La Parota, en Guerrero, aseguró Alfredo Elías Ayub, director de la empresa.
Una de ellas -una vez que salga La Parota- es Copainalá, en Chiapas, ubicada en la parte baja de Chicoasén, a orillas del río Mezcalapa.
De la segunda, en Oaxaca, no quiso precisar su ubicación exacta.
La idea es alcanzar una capacidad de generación de 2 mil 100 megawatts para 2018, según el funcionario.
Agregó que se opta por construir hidroeléctricas para cumplir con la meta de generar con fuentes limpias el 35 por ciento de la electricidad para 2024.
Para el próximo año, se listó nuevamente entre los proyectos por arrancar a La Parota, obra que desde hace años enfrenta la oposición de comunidades cercanas a Acapulco.
La meta contempla poder licitar La Parota, obra que desde hace años enfrenta la oposición de comunidades cercanas a Acapulco, Guerrero, pero que tras la aprobación de una de ellas, nuevamente se listó en las obras para licitarse en 2011.
Dentro del programa de obras de la CFE, los proyectos hidroeléctricos previstos en la zona son Paso de la Reina, con 500 megawatts de capacidad, Copainalá, con 230, y Tenosique, con 400 megawatts.
La construcción de La Yesca fue otorgada en 2007 a ICA por una oferta de 767 millones 667 mil dólares.
La Parota tendrá un costo de 15 mil 897 millones de pesos y en 2011 recibirá 2 mil 49 millones de pesos, según el Presupuesto de Egresos.
Alejandro Villarreal, socio de asesoría de infraestructura de KPMG, consideró que la construcción de estas hidroeléctricas será bien recibida por el mercado, pues se necesita hacer más infraestructura para la generación de energía eléctrica en el País.
La construcción de una planta hidroeléctrica de grandes magnitudes requiere alrededor de 10 mil millones de pesos, según sus cálculos.
Cada una de las etapas de construcción de la hidroeléctrica podría llevarse alrededor de un año, aunque la parte de las presas puede llevarse hasta cinco años, dependiendo de la complejidad, estimó Villarreal.
Fuente: Reforma.com
Reportera: Nallely Ortizoga.
Publicada 18 de diciembre de 2010.