El carbono negro, solo después del CO2, es el Gas de Efecto Invernadero (GEI) que más afecta el medio ambiente y a la salud. Una investigación reciente, publicada en The Lancet Planetary Health, encontró contaminación en fetos asociada con este gas. Al respecto, se había reportado que la exposición a este gas ocasiona efectos negativos en la salud, pero no se había comprobado que las partículas podían llegar hasta la gestación.
Por lo tanto, esta investigación abre el camino hacia nuevas indagaciones que permitan comprender las implicaciones de la contaminación ambiental en la salud humana. Puesto que ya ha podido rebasar la barrera de la placenta para llegar a los fetos. A continuación, te contamos más acerca del carbono negro y los hallazgos. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el carbono negro?
El carbono negro se produce por la quema de combustibles fósiles y biomasa, por lo que está presente en el aire que respiramos, aunque su permanencia en la atmósfera es menor que la del CO2. En América Latina, la fuente más grande de este gas es la industria del transporte y solo Chile y México tienen estándares para restringir las emisiones vehiculares.
Este gas se asocia con «efectos negativos graves sobre la salud humana, daños a diversos ecosistemas y a la infraestructura urbana». Las mujeres en periodo gestacional, al estar expuestas a estas partículas, pueden asimilarlas, por lo que se ha descubierto contaminación en fetos.
El carbono negro es un peligro grave, por lo que se deben adoptar estándares para reducir el contenido de azufre de los combustibles diésel y disminuir las emisiones de los vehículos. Así como cambiar a medios de traslado más amigables con el medio ambiente, incluyendo los sistemas de transporte público.
Fetos expuestos a contaminación
El estudio analizó a 60 pares de madres que participaron voluntariamente, y recién nacidos, recogiendo muestras de sangre materna, placenta a término y sangre del cordón umbilical. Además, se analizaron 36 fetos de embarazos de mujeres no fumadoras que fueron interrumpidos. Por lo que fue posible examinar los tejidos del hígado, el pulmón y la placenta prematura para detectar si había presencia de carbono negro.
De la misma manera en que los fetos reciben nutrientes del cuerpo de la madre, las partículas de carbono negro son capaces de llegar hasta ellos y afectar su estado. Se trata de una exposición prenatal a la contaminación del aire que se transporta directamente a través de la sangre del cordón umbilical.
La transmisión de las partículas de carbono negro llega a los fetos de forma similar a las infecciones perinatales como la sífilis, el VIH-SIDA, rúbeola, malaria, hepatitis, enfermedad de Chagas, E. Coli, varicela, herpes simple I y II, Neisseria gonorrhoeae, Chlamydia trachomatis, toxoplasma gondii, citomegalovirus, parvovirus y listeria.
Contaminación en fetos afecta la salud
Aunque aún se desconoce en qué etapas del embarazo inician los efectos adversos, se han observado estás partículas en los tejidos del hígado, pulmón y cerebro del feto, así como en la placenta, durante los primeros dos trimestres de gestación.
Esta investigación, entonces, revela la relación entre la acumulación de contaminación en fetos, tanto en el sistema circulatorio como en los órganos, con el desarrollo de enfermedades durante los primeros años de vida. Puesto que la exposición a carbono negro se asocia con la disminución de la función vascular y problemas respiratorios, como el asma y la inflamación pulmonar.
De acuerdo con el análisis, el carbón negro estaba presente en los tejidos fetales, incluyendo también el cerebro fetal. Asimismo, las muestras de las parejas madre-recién nacido revelaron la presencia de carbono negro, aunque la concentración de estas partículas fue mayor en la sangre materna que en la sangre del cordón umbilical. Por lo que aún hay un margen de protección en la placenta.
«Sabemos que la exposición a la contaminación del aire durante el embarazo y la infancia se ha relacionado con la muerte fetal, el parto prematuro, los bebés con bajo peso y el desarrollo cerebral alterado, con consecuencias que persisten durante toda la vida».
Dr. Tim Nawrot, coautor de la investigación.
Las acumulaciones más grandes de contaminación en fetos podrían interferir en el desarrollo de los órganos. Esto debido a que las partículas de carbono negro no solo se acumulan en la placenta, sino que llegan directamente al sistema circulatorio del feto. Sin embargo, aún se requiere investigación para determinar el grado de afectación que ocasionan estas partículas en la salud de los recién nacidos.