De acuerdo con el worldometer —un sitio web de referencia que proporciona estimaciones y estadísticas en tiempo real— tan solo el día de hoy, poco después del medio día han habido aproximadamente 92 mil muertes a nivel global.
Si bien es un hecho que lo decesos forman parte de la vida, los factores que los provocan son los realmente preocupantes. Mucho más cuando estos son evitables y cuando un estudio reciente acaba de afirmar que la contaminación está ligada a 1 de cada 5 muertes.
Una quema mortal: combustibles fósiles
Cuando escuchamos hablar de combustibles fósiles es posible que el tema no nos sea tan familiar, sin embargo, convivimos con ellos todo el tiempo. Estos se refieren a los hidrocarburos (petróleo y gas) y al carbón.
Los combustibles fósiles existen desde hace miles de años, empero en la Revolución Industrial comenzó el auge respecto al carbón, y si mencionamos al petróleo, este se ha convertido en la principal fuente de energía para casi todo tipo de transporte, mientras que el gas es uno de los recursos energéticos fundamentales de la sociedad.
El problema se centra en sí en la quema de los combustibles fósiles que provoca la contaminación que está ligada a 1 de cada 5 muertes en el mundo, según una investigación de la Universidad de Harvard publicada el 9 de febrero de este año (2021).
Las cifras de Harvard
La cifra es preocupante: la contaminación del aire mató a más de 8 millones de personas en todo el mundo en 2018. El hallazgo, basado en nuevos modelos que utilizan la química atmosférica, aumentó significativamente las estimaciones anteriores de muertes relacionadas con pequeñas partículas de carbono quemado que se alojan en el tejido pulmonar blando y causan enfermedades respiratorias, desencadenan ataques de asma y nublan las ciudades con smog.
Según Huffpost, la estimación previa más reciente del estudio más grande y completo del mundo sobre muertes globales, conocido como el Estudio de la Carga Global de Enfermedades, calculó el total de vidas perdidas debido al material particulado en el aire —que incluye no solo la contaminación por combustibles fósiles, sino también el polvo y los incendios forestales—, humo y quema de campos de cultivo. Y arrojó la cifra de 4,2 millones de decesos por año.
Cabe destacar que dichas estimaciones de material particulado peligroso en el aire, conocido como PM2.5, se basaron en observaciones de satélite y de superficie para generar un promedio global.
Pero la nueva investigación, publicada en la revista Environmental Research, muestra que casi el doble de ese total se debe únicamente a la contaminación por combustibles fósiles, con las concentraciones más altas de muertes relacionadas con combustibles fósiles en regiones con algunas de las ciudades más pobladas, donde los motores de combustión abundan los automóviles, los edificios calentados por combustible y las plantas de energía en expansión.
Las regiones afectadas son:
- El este de América del Norte.
- Europa
- El sudeste de Asia.
Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia de que la contaminación del aire por la dependencia continua de los combustibles fósiles es perjudicial para la salud mundial.
No podemos con conciencia seguir dependiendo de los combustibles fósiles, cuando sabemos que existen efectos tan graves en la salud y alternativas viables y más limpias.
Eloise Marais, profesora asociada del University College London y coautora de la investigación, en un comunicado.
Consecuencias en la salud
De acuerdo con el Dr. José Luis Palma, especialista de Cardiología e Hipertensión Arterial y Telemedicina, se han estudiado hasta 100 patologías distintas relacionadas con la contaminación, entre las que se encuentran:
- Problemas bronquiales.
- Enfermedad obstructiva crónica.
- Asma.
- Cáncer de pulmón.
- Derrame cerebral.
- Hipertensión.
- Arterosclerosis.
- Enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y Alzheimer.
- Enfermedades del corazón.
Aunado a ello, comienzan a desatarse otro tipo de problemáticas sociales.
Frente al escrutinio científico y legal
Los resultados del estudio llegan en un momento en que los efectos de la contaminación del aire se enfrentan a un nuevo escrutinio científico y legal.
En diciembre, un fallo histórico en el Reino Unido determinó que la contaminación del aire era la culpable del ataque de asma mortal de una niña de 9 años.
También es probable que la investigación tenga un efecto negativo en un esfuerzo cada vez más organizado de la derecha política, particularmente en los Estados Unidos, para minimizar los efectos de la contaminación del aire.
La administración Trump, que había sido asesorada por aliados de la industria que anteriormente trabajaron para socavar la ciencia climática y sembrar dudas sobre los efectos de fumar cigarrillos en el cáncer de pulmón, trabajó para debilitar la investigación federal y la autoridad reguladora sobre la contaminación del aire.
El estudio, realizado con investigadores británicos en la Universidad de Birmingham, la Universidad de Leicester y la University College London, probablemente amplifique los llamados a una transición rápida de los combustibles fósiles, demostrando una razón adicional, más allá de la necesidad de preservar un clima global habitable, para promover políticas que prioricen la electricidad renovable y los vehículos eléctricos.
Los beneficios para la salud que podemos lograr al dejar los combustibles fósiles son el doble de lo que pensamos que eran ayer.
Aaron Bernstein, director de Harvard T.H. Chan School of Public Health’s Center for Climate, Health, and the Global Environment en un comunicado de prensa.
¿Cómo se realizó el estudio?
La nueva investigación empleó un modelo 3-D de química atmosférica llamado GEOS-Chem, que permitió a los científicos dividir el mundo entero en cajas tan pequeñas como 50 kilómetros por 60 kilómetros, o aproximadamente 31 millas por 37 millas, y examinar la contaminación. niveles en cada área.
A partir de ahí, los investigadores calcularon las emisiones de sectores como:
- La electricidad.
- La industria pesada.
- El transporte marítimo.
- El transporte aéreo.
- El transporte terrestre.
Luego simularon cómo esos aerosoles reaccionaron con las condiciones climáticas utilizando datos de la Oficina de Asimilación y Modelado Global de la NASA y compararon las cifras de 2018 con las de 2012 para descartar las formas en que los patrones cíclicos de calentamiento de El Niño —fenómeno o evento de origen climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico— amplificaron la contaminación en 2018.
Después de identificar las concentraciones de PM2.5 generadas por combustibles fósiles en cada cuadro de la red global, los científicos compararon los hallazgos con los estudios epidemiológicos existentes y desarrollaron nuevos modelos de evaluación de riesgos que vinculan explícitamente las concentraciones de contaminantes atmosféricos de combustibles fósiles con los resultados de salud locales.
El nuevo modelo mostró tasas de muerte mucho más altas por la exposición a largo plazo a la contaminación por combustibles fósiles, incluso en niveles más bajos.
Joel Schwartz, profesor de epidemiología ambiental de Harvard que desarrolló los nuevos modelos, dijo en un comunicado:
«A menudo, cuando discutimos los peligros de la quema de combustibles fósiles, es en el contexto del CO2 y el cambio climático y pasamos por alto el impacto potencial en la salud de los contaminantes emitidos conjuntamente con los gases de efecto invernadero. Esperamos que al cuantificar las consecuencias para la salud de la combustión de combustibles fósiles, podamos enviar un mensaje claro a los responsables políticos y las partes interesadas sobre los beneficios de una transición a fuentes de energía alternativas».
Alternativas a los combustibles fósiles
Uno de los valores más importantes en estos estudios es la exposición clara de la problemática, ya que desde ahí puede surgir una solución.
En este caso, la investigación publicada en la revista Environmental Research que afirma la contaminación está ligada a 1 de cada 5 muertes, ha aportado una estadística más grave, y aunque hace casi un año se afirmó que los combustibles fósiles morirán víctimas de la pandemia, la realidad es que aún continúan vivos.
Para reemplazar su uso, los países deben sustituirlos por energías renovables, según La Ley de Transición Energética (LTE) de 2020 —que tiene por objetivo regular el aprovechamiento sustentable de la energía, así como las obligaciones en materia de energías limpias y de reducción de emisiones contaminantes de la Industria Eléctrica— afirma que algunas de las mejores opciones son:
- Energía eólica. Uno de los procesos más relevantes en tecnología de generación de electricidad de los últimos 30 años ha sido la maduración y abaratamiento de la tecnología de aprovechamiento del viento, lo que ha llevado a un crecimiento extraordinario de la capacidad instalada de estos sistemas, impulsado por el hecho de que, a partir de 1982 a la fecha, el costo de instalación de plantas eólicas ha bajado en más de 60%·
- Energía solar fotovoltaica. La generación de electricidad a partir de energía solar, muy particularmente a través de celdas fotovoltaicas, se ha convertido en una alternativa muy competitiva a partir del abaratamiento de los equipos de aprovechamiento, con una reducción de precio de más de 90% en 30 años.
- Energías del océano. El aprovechamiento de la energía asociada al mar ya sea por oleaje, marea, salinidad o conversión térmica es de gran importancia para países con grandes áreas costeras.
- Geotermia. La energía geotérmica puede utilizarse para calefacción, enfriamiento o generación de electricidad. Los principales beneficios son que no depende de las condiciones del clima y tiene altos factores de capacidad, por lo que es idónea para suministrar electricidad de carga base, así como proveer servicios auxiliares y, en algunos casos, asegurar flexibilidad de corto y largo plazo.
¿Qué esperamos para tomar cartas en el asunto? Es momento de ejercer mayor presión social para resolver una problemática que no solo afecta al planeta, sino que está terminando con nuestra vida.