En contraste con las acciones verdes están los patrocinadores de los JO, que incluyen firmas como Dow Chemical, fabricante de las medallas
Los Juegos Olímpicos que se inauguran el 27 de julio en Londres prometen ser los más «verdes» de la historia, aunque los organizadores tuvieron que hacer algunas concesiones desde las ambiciosas promesas para que la capital británica fuera elegida ciudad sede.
Para los ecologistas, en el pasado sólo los Juegos de Sidney-2000 pueden pretender haber hecho esfuerzos en materia de desarrollo sostenible. Pekín-2008 está muy por detrás, con su alta tasa de contaminación y sus numerosas instalaciones hoy abandonadas.
Jane Thomas, de los Amigos de la Tierra, alaba los esfuerzos «considerables» de Londres en materia de transporte público, de reciclaje, de uso del agua y de reutilización de infraestructuras tras el evento.
«Londres ofrece una referencia para los Juegos futuros, y es algo que podemos saludar», dijo.
«El programa verde de los Juegos de Sidney era muy bueno, pero Atenas y Pekín no siguieron», señaló por su parte Shaun McCarthy, que dirige la comisión de desarrollo sostenible de los Juegos, independiente del comité organizador (LOCOG).
Los visitantes del parque olímpico de Stratford, en el este de Londres, llegarán mayoritariamente en transporte público, y los organizadores optaron deliberadamente por no construir aparcamientos, salvo para los equipos y autoridades.
Estarán también incitados a tirar la basura de forma selectiva para un reciclaje casi total.
Durante la construcción del parque, dos millones de toneladas de tierra fueron descontaminados y reutilizados in situ para evitar un transporte enérgicamente costoso. 300 mil plantas y 2 mil árboles crecen en lo que se convertirá en una zona verde pública después de los Juegos.
Los restos del «pescado sostenible» y de la carne «local» servidos por McDonald’s, proveedor exclusivo de los Juegos, servirán para hacer abonos y el gigante estadounidense promete transformar el aceite de freír en biocombustible para su flota de camiones.
Las pruebas de ciclismo se llevarán a cabo en un velódromo de alta eficiencia energética, con ventilación natural.
Los organizadores tuvieron sin embargo que renunciar a algunos proyectos, como instalar un aerogenerador en el parque olímpico. También renunciaron a utilizar un combustible «limpio» para la llama olímpica, que estará finalmente alimentada por una mezcla de gas butano y propano.
La comisión de desarrollo sostenible de los Juegos critica el uso «inútil» de cantidades masivas de acero (mil 500 toneladas) en la torre de 114.5 metros de alto diseñada por el escultor Anish Kapoor para el gigante siderúrgico Arcelor Mittal, por otra parte abundantemente criticada por su fealdad.
Lamenta igualmente el uso de toneladas de plástico en los productos derivados, sin garantía de trazabilidad ética.
Pero la mayor pesadilla de los ecologistas son los patrocinadores olímpicos. La palma se la llevan Dow Chemical, propietario de Union Carbide, responsable de la catástrofe química de Bhopal (India), y Río Tinto, que fabrica las medallas olímpicas a partir de metal extraído de una mina de Utah donde enfrenta una demanda por contaminación.
«Dow, con la fábrica Union Carbide, plantea un problema particular (…) podrían haber hecho más en cuestión de responsabilidad moral», dijo Jane Thomas.
Los ecologistas señalan también la dificultad de organizar unos Juegos «responsables» que requieren construir infraestructuras masivas y transportar a millones de personas en avión cada cuatro años.
Para Jenny Jones, representante del Partido Verde en el consejo municipal de Londres, «si quisiéramos seguir organizando estos juegos extravagantes cada cuatro años, la mejor opción sería hacerlos rotar entre cuatro o cinco ciudades que tienen ya todos los equipamientos requeridos».
De todas formas, serán necesarios varios años para poder hacer un balance «sostenible» de los Juegos, cuando se haya llevado a cabo la reconversión de las infraestructuras y se haya integrado –o no– la zona olímpica a la ciudad.
El futuro del estadio sigue siendo incierto, y la marcha anunciada del director general del organismo encargado del legado de los Juegos, Andrew Altman, dice mucho sobre sus dificultades de reconversión.
Fuente: reforma.com
Publicada: 13 de Julio de 2012