Hillary Clinton y Bernie Sanders, quienes contienden por la nominación presidencial demócrata, sostuvieron la noche de este domingo el último debate antes de las primeras elecciones primarias, a celebrarse en Iowa el 1º de febrero, en un duelo en el que abordaron el control de armas, el racismo en el sistema de justicia, la desigualdad económica, los seguros médicos, el cambio climático, la relación con Irán y el combate al Estado Islámico (EI).
Clinton estuvo obligada a asumir una postura más agresiva, ya que después de haber sido la favorita durante meses, ahora se encuentra empatada con Sanders, quien se define como un socialista democrático, y entre sus bases destacan los jóvenes. El senador cuenta con una ventaja de dos a uno sobre Clinton entre el sector de los votantes juveniles.
Clinton atacó a Sanders al reprocharle votar en contra de que los fabricantes de armas fueran objeto de responsabilidad legal, acusaciones que el candidato emergente rechazó, y reviró al destacar los vínculos de la ex secretaria de Estado con Wall Street.
Sanders reiteró su punto central de que la clase multimillonaria controla la política en Estados Unidos.
Los dos precandidatos, con el gobernador de Maryland, Martin O’Malley, coincidieron en su rechazo a las declaraciones xenófobas de los republicanos, sobre todo del magnate Donald Trump, en este último debate que se celebró en en Charlestone, Carolina del Sur.
Fuente: La Jornada
