Por definición, las empresas cooperativas y algunas integradoras tienen su origen en el bienestar comunitario; el modelo de ambas no solamente contempla el desarrollo económico, sino también la responsabilidad política y social, significando una excelente forma de hacer negocios en donde los valores sociales y éticos son parte importante.
A través de ellas los agricultores son capaces colectivamente de lograr: economías de escala, mediante la reducción de los costos unitarios de los insumos y servicios; fortalecer su poder de negociación; ampliar su acceso a fuentes competitivas de crédito e insumos; competir eficazmente en la economía global; enfocarse en la producción de bienes, mejorando la calidad de sus productos y servicios y reduciendo los riesgos, desarrollando nuevas oportunidades de mercados o expandiendo los que ya tienen.
Considerando que las empresas socialmente responsables (ESR), son una forma de hacer negocios que involucran las preferencias, estrategias y conducta de sus socios, las cooperativas e integradoras pueden cumplir su cometido integrando prácticas sostenibles “desde el surco hasta la mesa” resaltando los principios cooperativos.
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Buenas tardes.
No estaría totalmente de acuerdo en este tema. Por lo menos en mi experiencia con cooperativas pesqueras / agrícolas reconvertidas al turismo, hay serios problemas relacionados con la organización, seriedad y comportamiento de los cooperativados. Por upuesto que hay casos de éxito, pero son garbanzos de a libra.
Existen algunos casos en los que las cooperativas tienen acceso único a ciertos recusos, que a final de cuentas no cuidan ni respetan (vedas de productos pesqueros, arrecifes, áreas naturales) y la ley no permite tampoco que empresas privadas, que harían un gran trabajo, puedan aprovechar estos recursos.
Lo peor es que el gobierno, con una política subsidiaria sigue dándoles recursos, fondos, financiamiento año con año aunque en realidad no generen ellos mismos un negcio rentable y sustentable. El beneficio es, si lo hubiera, solo social, vía subsidio a las coopoerativas, no económico ni ambiental y ahí es donde, desde mi punto de vista, falla el considerarlas como negocios «socialmente responsables».