Cada vez más corporativos consideran la arquitectura sustentable en sus inmuebles, dejando ver que lo »verde» no está peleado con el estilo.
La arquitectura enfrenta hoy el reto de cambiar el paradigma en los procesos establecidos, sustituyendo el uso de energías fósiles por energías renovables, impulsando procesos sustentables en la construcción, operación y mantenimiento de los edificios, considera Jorge Vanegas, decano de la Facultad de Arquitectura de la Texas A&M University.
«Nos hemos ido acabando el mundo. La disponibilidad de los recursos naturales es cada vez menor y la arquitectura debe pensar qué hacer para reducir el impacto negativo que deja en el medio ambiente», dice Vanegas. Y cómo no, si la mitad de la contaminación del planeta la producen los edificios por el alto consumo de energía eléctrica vía la quema de combustibles fósiles, de acuerdo con José Picciotto, director de Proyectos de Picciotto Arquitectos.
«Es tarea de los arquitectos proponer desde el diseño edificios eficientes, que consuman tanto menos energía como sea posible, ventilados naturalmente, con las orientaciones adecuadas para que mantengan una temperatura equilibrada en todas las estaciones y todo esto ayude a que su huella de carbón sea más pequeña», expresa Picciotto.
El reto, hoy en día, es que el diseño y la arquitectura convivan con ambientes especiales. Los siguientes son algunos ejemplos de ello.
Espacios abiertos
Las oficinas de Google reflejan dos conceptos al mismo tiempo: identidad de marca (preceptos corporativos y filosofía de trabajo) y vinculación con la comunidad, quizá por eso están ubicadas en el piso 22 de la torre Reforma 115, en el único nivel con terraza y vista panorámicas a la Ciudad de México.
«Para nosotros es importante dar una apertura hacia el exterior, que la gente que está trabajando sienta que está inserta en una comunidad, así como todos nuestros productos tienden a establecer lazos entre la gente», comenta Priscila Bcrtiz, gerente regional de Infraestructura para Google en América Latina.
Es la forma de distribuir los escritorios y las salas lo que permite tener esa apertura y luminosidad que viene del exterior y aprovecharla utilizando centros de trabajo con paneles bajos que permiten una »arquitectura colaborativa», con espacios que posibilitan el encuentro casual o la reunión rápida.
A diferencia de otros espacios corporativos, Google utiliza el mismo tipo de mobiliario (sillas y escritorios) para todos sus colaboradores en los distintos niveles de la organización, pero cuentan también con algunas áreas cerradas que facilitan la comunicación uno a uno.
Iluminación Natural
El diseño de la iluminación natural fue uno de los elementos principales que se tomaron en cuenta desde que la planta de Holcim en Hermosillo se comenzó a construir, en 2008.
«Io que se buscaba era mantener apagadas las lámparas durante todo el día y que fuera por medio de la luz solar como los trabajadores pudieran laborar dentro del edificio administrativo y los almacenes», explica María Elena Ruiz de Chávéz, vocera de Holcim Apasco.
Los edificios se colocaron en el eje norte-sur, buscando que se lograran niveles de iluminación adecuados y protegiendo las ventanas con ductos de luz interna.
Estos solar tubes captan la luz del sol en el techo del edificio y, por medio de espejos, van reflejando esa luz hacia las áreas internas generando el efecto de una lámpara muy potente.
Los edificios que cuentan con iluminación natural son: oficinas administrativas (5,400 m2; taller y almacén (2,300 m2), servicios a proveedores (484 m2), Ventas y logística (224 m2), entre otros, que en total suman cerca de 10,000 m2 de construcción los que se están abasteciendo con iluminación natural.
El tercer nivel del edificio tiene ventanas altas, también conocidas como dientes de sierra, que junto con unos difusores metálicos controlan y distribuyen la luz del día, lo que permite que el edificio tenga un alto rendimiento energético y se lleven a cabo todas las tareas de una oficina utilizando únicamente la luz solar y sin la necesidad de encender la luz eléctrica.
Con este sistema, se logra la optimización del uso de energía eléctrica, se reducen los costos de operación de la planta y se dan a los trabajadores el beneficio de la luz natural. Con las celdas fotovoltaicas instaladas en el techo del edificio de oficinas administrativas se logra un ahorro de 85%, en el consumo de energía.
A nivel mundial, PepsiCo estableció la meta de reducir su consumo de agua 20% para el año 2015.
Reciclaje de agua
En México, 86% de las instalaciones de todas las unidades de negocio cuentan con plantas de tratamiento de aguas residuales. La estrategia en materia de agua está basada en dos ejes fundamentales: ahorro y uso eficiente, implementado tecnologías avanzadas.
Mediante sistemas que permiten la captación de agua pluvial para reincorporarla al subsuelo, se recogen 1,875 m3 de agua de lluvia por año en una superficie de 25,000 m2. Las cisternas que se han instalado para captar el agua en estos dispositivos tienen una capacidad de 2,000 m3, como ocurre en la planta de Gatorade México en Cuauhtitlán Izcalli, donde se cuenta con un pozo de absorción que consiste en una perforación a 115 m. Este sistema cuenta con tubería ranurada para distribuir la carga de agua sobre el subsuelo y dispone de una trampa de grasas que permite garantizar la recarga del manto acuífero de la mejor manera y una caja tormenta que puede contener 148 m3 de agua.
Descarga cero
Tomando en cuenta que el agua potable y el saneamiento adecuado son elementos indispensables para el bienestar de la niñez, el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed), dependiente de la SEP, en conjunto con la empresa Descarga Cero, desarrollaron una solución de abasto de agua potable y saneamiento en escuelas donde estos recursos son limitados.
Este sistema aterrizó en una de las unidades del Distrito Federal, que consiste en la captación de agua de lluvia para su potabilización y aprovechamiento en lavabos y bebederos, así como el reciclaje de las aguas grises y negras en escusados después de su tratamiento y desinfección.
Una de las bondades es que no consume energía, por ser pasivo. Para los lavabos se contará con agua potable y en los escusados se utilizará el líquido reciclado. Estas acciones logran reducir el consumo diario por usuario de 20 litros a sólo cinco. La lluvia, al caer sobre el techo inclinado de las aulas, se potabiliza muy fácilmente mediante su filtración a través de carbón activado.
Fuente: Expansión, p. 185-192.
Por: Gabriel Suárez.
Publicada: Mayo de 2011.
