Las proteínas que contiene la soya, cuando tiene entre dos y seis días de germinación, son útiles para destruir células de cáncer cérvico-uterino y reducir hasta en 99% el tamaño de tumores cancerígenos en ratones, según demostraron tres científicas mexicanas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes afirman que buscarán fondos para poder aplicar sus descubrimientos en nuevas pruebas, pero realizadas con pacientes humanos.
Las investigadoras María del Carmen Robles, Eva Ramón y Rosalva Mora, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), del IPN, explicaron que la soya germinada tiene más poder anticancerígeno que la soya sin germinar porque durante los primeros días en que la semilla entra en contacto con el agua hay un conjunto de procesos bioquímicos en el interior de la semilla, en los cuales se dividen moléculas muy grandes (también llamadas macromoléculas) hasta convertirse en pequeñas proteínas o fragmentos de proteínas llamados péptidos. Esas moléculas más pequeñas pueden destruir a las células cancerígenas y además pueden frenar la copia de células con mutaciones patológicas.
Las tres investigadoras fueron seleccionadas en 2011 como ganadoras del Premio Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (PNCTA), en la categoría de Profesional de Ciencia de Alimentos, que entrega desde hace 36 años la compañía Coca-Cola de México.
“El proceso de germinación de una semilla es un evento biológico y bioquímico muy importante en el cual muchas de las moléculas que están presentes en la semilla comienzan a modificarse para cumplir diferentes funciones necesarias para el nacimiento de una nueva planta. Ahí fue donde tuvimos que estudiar más y entender cómo cambiaba la química de la semilla, día con día, mientras iba germinando y así identificamos las diferentes proteínas y péptido (pedazos de proteína) que aparecían en cada día diferente”, explicó la doctora Robles.
Las investigadoras politécnicas verificaron, primero en cultivos de células y después en ratones con tumores, que cuando las células cancerosas entraban en contacto con algunas fracciones específicas de proteína de soya frenaban su multiplicación y comenzaban a disminuir en número. Toda la proteína que los ratones ingirieron en ese periodo (equivalente al 20% de su dieta) fue proteína extraída de la soya germinada.
Fuente: cronica.com.mx
Por: Antimio Cruz
Publicada: 24 de abril de 2012