Un grupo de padres británicos ha lanzado una campaña en Twitter en contra de una publicidad de Kellogg’s que llamaba a los niños a tomar de cena uno de sus productos más calóricos en un país donde la obesidad es un problema de salud pública.
La iniciativa de los padres se produce ya que éstos consideran que la promoción de un alimento cuya composición es 35% de azúcar va en contra de la adhesión por parte de Kellogg’s de la campaña gubernamental contra la obesidad «Change4life» (cambia por la vida).
Desde Kellogg’s han defendido que en realidad todo es un problema de medidas, ya que la dosis recomendada del producto es inferior a la utilizada, con lo que el total de calorías, consumiendo 30 gramos de producto es de 175 calorías.