De 2012 a 2014, además de la pobreza, la desigualdad en México se incrementó, de acuerdo con el informe del Oxfam México basado en la medición de pobreza que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Uno de los medidores presentados por Coneval es el coeficiente de Gini, el cual se utiliza para cuantificar la desigualdad de los ingresos en un país, y en el cual cero corresponde a igualdad y uno a la desigualdad.
Basado en esta medición, México pasó de 0.498 puntos en 2012 a 0.503 puntos en 2014 en su coeficiente de concentración del ingreso.
Según Martín Longoria, gerente de Alianzas Institucionales de Oxfam México, el dato confirma las advertencias hechas por la organización en torno al incremento de la desigualdad y, por tanto, de la pobreza.
«Cuando Coneval habla del aumento de pobreza de ingresos, hablamos de que la riqueza nacional está siendo apropiada de manera desigual por distintos sectores.
«La desigualdad tiene consecuencias graves que rebasan intenciones del Gobierno federal para mitigar la pobreza, porque las políticas sociales se verán ahogadas en el mar de la pobreza que genera la desigualdad», explicó en entrevista.
Con base en el informe de Oxfam «Desigualdad extrema en México», Longoria recordó que el 1 por ciento de la población gana el 9 por ciento del PIB nacional y acumula el 43 por ciento de la riqueza, mientras que cuatro multimillonarios tienen ingresos proporcionales a los del sector turismo.
Acusó que el modelo de desarrollo mexicano limitó la producción agropecuaria nacional y favoreció a los mercados agropecuarios internacionales; además, ciertas políticas públicas acrecentaron la acumulación del ingreso en minorías.
«Los cuatro multimillonarios aprovecharon el desmantelamiento de las industrias de tipo nacional, y a través de la privatización de recursos nacionales se apoderaron de sectores importantes y generaron la acumulación», indicó.
El vocero de Oxfam México reiteró el llamado a cambiar la política salarial, y fomentar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que permita a los contribuyentes tener más confianza en las políticas públicas.
Pidió una revisión a la política fiscal para hacerla productiva, justa y equitativa. En dicho sentido, consideró que se debe aumentar la recaudación, mediante esquemas donde los más ricos paguen más impuestos, a fin de financiar la inversión pública.
«No es lo mismo políticas de redistribución de recursos entregados de manera directa, que apoyar el ingreso, la producción de alimentos y las capacidades propias de la gente para afrontar su pobreza.
«El Estado mexicano debe hacer real la coordinación del gasto público para el beneficio de derechos como educación, salud y servicios básicos», añadió.
Fuente: Reforma
