Las mujeres de todo el mundo, incluso de las economías más avanzadas, se ven afectadas de forma desproporcionada por la violencia a razón de género, es decir, tan solo por ser mujeres. Es sabido que la violencia constituye una grave violación a los derechos más básicos, como el libre desarrollo y tránsito. Por lo que se trata de un problema público que merma y pone en riesgo la igualdad.
A nivel mundial, se estima que una de cada tres mujeres sufrirá violencia en el transcurso de su vida. Pero la violencia hacia la mujer no se trata solo de maltrato físico o verbal, ya que se presenta también de muchas formas más disimuladas.
En espacios como el hogar y el entorno laboral, los comportamientos sexistas o que tienen como propósito dañar o generar sufrimiento, angustia, emocional, laboral, económica entre otros son sumamente recurrentes todavía. Puesto que la sociedad los acepta y los considera «naturales».
Violencia laboral hacia las mujeres
En México, entre 10 y 11 mujeres son asesinadas al día en el país. Por lo que este tema se ha externado a través de las manifestaciones de grupos y colectivas feministas que han evidenciado las carencias de un sistema incapaz de proteger y salvaguardar la integridad y el desarrollo de las mujeres.
Una de las formas que ha señalado ONU Mujeres para prevenir la violencia de género es que los gobiernos asuman un compromiso político. Es decir, aplicar leyes que fomenten la equidad, invertir en colectivas y abordar las múltiples formas de discriminación a las que se enfrentan las mujeres a diario, particularmente en espacios laborales.
Recientemente, México ratificó el Convenio nº 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El cual reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso, inclusive por razón de género. Este convenio obliga a los países que lo ratifican a adoptar las medidas necesarias para prevenir y abordar la violencia y el acoso laboral.
Esto es necesario porque casi 8 millones de mujeres en México han reportado violencia laboral de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021. Además, según El Economista, las cifras revelan 2.4 millones de casos más que los reportados en 2016, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó las últimas cifras sobre el tema y reportó que 5.5 millones de trabajadoras habían sufrido agresiones.
Detectar violencia laboral
Para María Elena Esparza Guevara, asesora honoraria del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia de la Ciudad de México, es una conquista de los movimientos de mujeres y feministas el hecho de que se reconozca el acoso y la violencia laboral como un tema cada vez más visible.
«Este tipo de conductas [acoso y violencia laboral] están arraigadas en el sentido común como normales, y por eso a las feministas nos ha costado tanto trabajo que sean reconocidas como hechos dañinos».
Martha Lucía Mícher, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género en el Senado.
Los datos actuales indican que más del 20% de las mujeres que trabajan han podido reconocer algún tipo de violencia laboral en su contra. Comportamientos que en muchas ocasiones se minimizaron o reservaron para que nadie las tildara de «exageradas».
Esparza Guevara señala que es fundamental nombrar las violencias y visibilizarlas. Puesto que la violencia laboral hacia las mujeres obstaculiza su acceso al empleo, igualdad de oportunidades de ascensos o estabilidad en sí misma.
¿Qué tipos de violencia viven las mujeres en el trabajo?
Datos de Endireh señalan que las mujeres pueden sufrir violencia laboral psicológica, física y sexual. Siendo esta última la más común, porque 5.7 millones de mujeres la han vivido. De ellas, 615 mil mujeres han sido violadas o padecido un intento de violación en el trabajo, y casi 2 millones más han sentido miedo de ser víctimas de un ataque sexual.
De la última cifra, 2 millones se ubican también en casos de abusos de diferentes maneras:
- 88% ha sido manoseada, tocada, besada, rosada con el cuerpo de un hombre sin su consentimiento.
- 27% señala que alguien mostró sus genitales o se los toco frente a ella.
- 5% indicó haber sido obligada a mirar escenas de actos sexuales, ya sea en fotos, revistas o películas pornográficas.
Por si esto fuera poco, otras 2 millones refieren haber sido acosadas u hostigadas sexualmente. A casi 1.9 millones le han propuesto o insinuado tener relaciones sexuales a cambio de mejoras o beneficios en el trabajo. Y, casi 900 mil recibieron represalias tras haberse negado, por ejemplo, mencionan que les limitaron promociones, intentaron despedirlas, o las cambiaron de lugar.
Violencia laboral, un problema público
Si bien los espacios laborales son evidencia de la violencia de género que se vive en México, en realidad solo es una muestra de un problema público más grande. Puesto que los roles tradicionales instituidos, obstaculizan los esfuerzos para hacer frente al acoso y el hostigamiento laboral. Por ello, las empresas tienen la responsabilidad de crear políticas que favorezcan un clima laboral saludable y eliminen ideas nocivas y obsoletas como los estereotipos de género.
Creer a las denunciantes y brindar apoyo son algunas prácticas para resarcir el daño. Sin embargo, prevenir la violencia laboral hacia las mujeres se centra más en estrategias, políticas y programas que concienticen sobre lo dañino del problema. Además, es importante que las mujeres sepan que existen varios instrumentos legales y organismos que las protegen.
«La violencia daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima, impide su desarrollo y atenta contra la igualdad».
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
¿Cómo identificar si una mujer vive violencia laboral?
María Elena Esparza explica que una forma en las que podemos identificar que alguien hace menos a una mujer es cómo la nombra. «En muchos espacios laborales es común que a los hombres les llamen por su cargo o su grado académico: el licenciado, el ingeniero, el director general. Sin embargo, a muchas trabajadoras les dicen ‘la niña’, ‘la niña de sistemas’, la ‘niña de RH’, ‘señorita’ o ‘linda'».
Otro dato importante que señala es que muchos de los logros de las mujeres son cuestionados, demeritando su esfuerzo con frases como: «Fue porque tuvo relaciones sexuales con algún superior». Los resultados de la encuesta señalan que al menos 1.8 millones de mujeres se han enterado de ese tipo de comentarios.
Recibir opiniones no solicitadas sobre el cuerpo, la ropa y otros aspectos físicos es también un factor que señalaron las encuestadas como una forma más de violencia. La falta de una política clara que ponga fin al acoso y otras formas de violencia en los espacios laborales requieren una postura firme y el esfuerzo de las empresas para afrontar el problema. Actualmente también es una directriz que posiciona e impacta a lo largo de toda la organización, desde la producción hasta los socios, inversionistas, colaboradores y colaboradoras.