En pocas palabras, un crédito de carbono es un certificado negociable que representa una tonelada de dióxido de carbono (tCO2). Esta cantidad es el carbono que se ha evitado, reducido o secuestrado a través de un proyecto y se puede comprar como un medio para compensar las emisiones en otros lugares.
Desde la perspectiva de los esfuerzos globales para mantener el aumento de la temperatura del planeta menor a 1.5 °C, los créditos de carbono surgieron con la finalidad de realizar una transición sencilla y rentable para las industrias contaminantes. No obstante, si se hacen mal, podrían estar socavando la acción climática. Entonces, ¿cuál es la credibilidad de los créditos de carbono? ¡Te contamos!
Compensar o no compensar carbono
Los créditos de carbono son una forma de compensación de carbono que las empresas contaminantes pueden comprar. El dinero debe usarse para financiar acciones en algún lugar del mundo que eliminen la misma cantidad de carbono del aire o para prevenir las emisiones de carbono, como puede ser la reforestación.
Aquí existen dos posturas que se han mantenido desde la emisión de créditos de carbono. Por un lado están quienes señalan que este tipo de compensación permite a las empresas evitar o reducir realmente sus emisiones hasta quedar casi completamente nulas, y las alienta a comprar este tipo de compensaciones.
De la otra parte están quienes opinan que los créditos de carbono son mejor que no hacer nada. Y señalan que, si la compensación se realiza correctamente, puede traer amplios beneficios para el planeta, particularmente en la financiación de la protección forestal. Además, da tiempo a las empresas para trabajar en sus esfuerzos hacia cero emisiones.
Compensar carbono es incrementar la capacidad de almacenamiento
En esta ambivalencia, de acuerdo con David Humphreys, profesor emérito de política ambiental de Open University, es verdad que existen algunas fallas inherentes a los proyectos de compensación a través de créditos de carbono.
Por ejemplo, en el sistema de deforestación evitada —una manera posible de reducir las emisiones de carbono provenientes de la deforestación y la degradación— como base para crear créditos de carbono, se permite a los emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI) afirmar que están contribuyendo a emisiones netas cero. Pero en realidad estos proyectos solo mantienen la capacidad de almacenamiento existente en los bosques, no suman a este, por lo que no pueden compensar las emisiones adicionales.
En este contexto, los proyectos de compensación de carbono solo tienen sentido cuando se incrementa la cubierta forestal neta. Hasta que eso suceda, el mercado de compensación de carbono no es un caso de cero emisiones netas, sino de cero credibilidad de los créditos de carbono.
Impulsar calidad y transparencia en créditos de carbono
Las deficiencias en las compensaciones de carbono también han surgido en el caso de las compensaciones de biodiversidad, que se han promovido como una forma de salvar los bosques. No obstante, ante este desafío ha surgido un nuevo tipo de activo financiero que pretende abordar la pérdida de biodiversidad de manera medible y rastreable a partir de biocréditos.
Los créditos de biodiversidad, o biocréditos, son una nueva innovación de mercado que funcionan de manera similar a los créditos de carbono, como una unidad de biodiversidad medible y rastreable que se puede comercializar y vender para invertir en la conservación de la biodiversidad y la reducción de la pobreza.
Estos esquemas piloto para biocréditos están surgiendo en todo el mundo para evitar los reveses que enfrentan los mercados de créditos y compensaciones de carbono, específicamente para asegurarse de que las métricas que utilizan para definir una unidad de biodiversidad incluyan su valor social y cultural. Por ello, la ONU está facilitando el desarrollo de una metodología estándar, al igual que las certificadoras Plan Vivo, Verra y Gold Standard. Todo esto es un buen augurio para la rápida implementación de un mecanismo con el potencial de salvar los bosques del mundo.
Finalmente, alcanzar el objetivo de cero emisiones netas del acuerdo climático de París requiere la rápida expansión de los mercados de carbono, y que organizaciones de estándares de créditos de carbono proporcionen las metodologías basadas en la ciencia que impulsen la calidad, la acción, el suministro y la credibilidad dentro de los mercados voluntarios de carbono.