Por Edgar López
Un reciente estudio de EY ha puesto en evidencia una preocupación entre los líderes financieros a nivel mundial: la percepción de greenwashing en los reportes de sostenibilidad y los problemas de credibilidad que rodean los datos no financieros. Según el informe (How can CFOs be confident in value creation without confidence in reporting?), el 96% de los líderes financieros reportan inconsistencias en la calidad de los datos de sostenibilidad que reciben, y el 55% cree que estos informes corren el riesgo de ser percibidos como lavado verde. Además, solo el 47% confía en que sus empresas lograrán cumplir sus principales metas de sostenibilidad. En un contexto en el que la presión de los inversionistas exige una mayor transparencia y precisión, este estudio revela una falta de confianza y un escepticismo que amenaza con minar el impacto y la efectividad de los reportes de sostenibilidad.
Estos hallazgos nos debe obligar a analizar cómo los reportes de sostenibilidad han evolucionado y llegado a este punto crítico. La historia de los informes de sustentabilidad es un recorrido lleno de cambios, desde sus inicios como documentos decorativos, pasando por su consolidación en áreas de comunicación, hasta llegar al terreno de las finanzas, donde hoy se decide gran parte de su destino. A continuación, revisamos cómo este trayecto ha dado forma a las percepciones actuales y los desafíos que enfrentan las empresas en su compromiso con la sostenibilidad.
De Recursos Humanos a Comunicación: Rumbo a la estrategia y la reputación
Por años, los informes de sustentabilidad en las empresas han tenido una evolución peculiar. Lo que comenzó como bellos libros de centro de mesa, con fotografías de alta calidad y narrativas filantrópicas, pasó a convertirse en un ejercicio “corporativo” bajo el ala de las áreas de responsabilidad social corporativa (RSC). En aquel entonces, eran pocos los que se interesaban en profundizar en ellos. Los informes no eran otra cosa que una suerte de híbrido de buenas intenciones y estándares vagos, un esfuerzo que cumplía el encargo sin el peso de ser realmente cuestionado. Durante años, estos documentos permanecieron en la sombra, sin el compromiso ni la transparencia esperada de algo que debiera rendir cuentas.
Hace aproximadamente una década, el liderazgo en temas de RSC comenzó a moverse de recursos humanos a áreas de comunicación, que vieron en la sustentabilidad no solo un tema de riesgos, sino una herramienta para la construcción de reputación. Cuando los informes estaban bajo la gestión de recursos humanos, además de atender algunos ámbitos de riesgo, también respondían a aspectos de clima organizacional e incluso de marca empleadora, buscando promover una cultura interna positiva. Sin embargo, esta perspectiva estaba aún lejos de ser estratégica.
Con el tiempo, las áreas de comunicación se dieron cuenta del potencial de la sustentabilidad para elevar el perfil de la empresa y consolidarla como una marca empleadora fuerte. Esto llevó a una capa de estrategia añadida a los reportes, buscando consolidarlos como activos de reputación. Sin embargo, aunque comunicación ha llevado esta agenda a un nivel más visible, su misma naturaleza pragmática y su tendencia a evitar la confrontación han dificultado que la sostenibilidad se convierta en una prioridad estratégica. En su enfoque, muchas veces prefieren no incomodar a otras áreas, lo que limita la capacidad de cuestionar y empujar el rigor de la información. Como resultado, el reporte de sustentabilidad sigue siendo, en muchos casos, un ejercicio táctico que, aunque cumple en apariencia, rara vez desafía o exige estándares sólidos.
ESG y Finanzas: ¿“puerto seguro” o un pasaje a la complejidad?
En los últimos cinco años, hemos visto un cambio significativo: la sostenibilidad, bajo el nombre de ESG (Environmental, Social, and Governance), ha pasado a las áreas de finanzas. Esto ha generado un optimismo en muchos expertos, quienes consideran que las áreas de finanzas, lideradas por los CFOs, representan un liderazgo influyente y poderoso. Además de atender el cumplimiento regulatorio en temas de sostenibilidad, finanzas también se enfoca en responder a las demandas del mercado, ajustando sus estrategias para satisfacer tanto a inversionistas como a clientes que buscan un compromiso claro. Este enfoque ha permitido establecer criterios de acceso a “dinero barato” a través de tasas preferenciales sujetas a objetivos de sostenibilidad.
Sin embargo, este enfoque ha traído consigo una nueva capa de tecnicismos y complejidades. La terminología financiera sofisticada y los acrónimos de moda han dado lugar a un espacio inaccesible para muchos, lo que ha generado una percepción de exclusividad, que lejos de democratizar el tema de la sostenibilidad, lo limita a una esfera elitista. Es aquí donde el greenwashing encuentra terreno fértil. En lugar de informar de manera clara y directa, el reporte ESG se convierte en un ejercicio de justificación técnica, un lujo accesible solo para quienes entienden los sistemas financieros al detalle.
El Reto de la transparencia: Del informe financiero al compromiso real
Este contexto es justamente el que aborda el estudio de EY, el cual destaca que el 55% de los líderes financieros a nivel mundial considera que el reporte de sostenibilidad en sus industrias corre el riesgo de ser percibido como greenwashing. Este dato nos muestra que, pese al “puerto seguro” en el que se ha posicionado la sostenibilidad dentro de las finanzas, el problema no ha desaparecido. De hecho, solo el 47% de los líderes confía en que sus empresas alcanzarán sus principales metas de sostenibilidad, lo cual revela la falta de credibilidad en los datos no financieros y, en muchos casos, una desconexión entre los compromisos declarados y las acciones reales.
¿Hacia un cambio de liderazgo en la sostenibilidad corporativa?
La realidad es que mientras los reportes de sustentabilidad reboten entre áreas, nunca llegarán a ser el diferenciador competitivo que deberían ser. Para trascender el enfoque táctico y alinearse con una visión estratégica, la sostenibilidad debe tener un rol central, idealmente bajo la supervisión directa de la presidencia o en una posición clave en el equipo ejecutivo, como un Chief of Staff. Esta estructura no solo evitaría la fragmentación, sino que integraría de forma coherente la sostenibilidad en la visión y cultura empresarial, permitiendo que los informes realmente representen un compromiso real y transparente.
Hasta que este cambio ocurra, la sustentabilidad seguirá siendo un “tema incómodo” que genera fricción entre áreas y evita que se convierta en un verdadero impulsor de valor y desempeño. Cuando las organizaciones vean los temas ESG como componentes esenciales de sus estrategias de negocio —no como accesorios para ganar buena reputación—, será posible hablar de una sostenibilidad real.
Urge una sostenibilidad transparente
El informe de EY resalta una necesidad: eliminar la ambigüedad en los reportes de sostenibilidad y construir una narrativa que refleje compromisos claros, acciones concretas y logros verificables. Esta es una oportunidad para que las empresas redefinan el impacto de la sostenibilidad, evitando tecnicismos vacíos o prácticas de greenwashing que, con el tiempo, solo erosionan la confianza de sus audiencias.
Las organizaciones que logren superar estos retos podrán liderar con un enfoque auténtico y tangible hacia la sostenibilidad. Aquellas que no lo hagan corren el riesgo de quedarse atrapadas en un ciclo de informes inacabados, donde el verdadero potencial de la responsabilidad corporativa permanece inalcanzable.
En Expok , creemos en una sostenibilidad que trasciende el cumplimiento superficial y se convierte en un verdadero diferenciador para las empresas. Reconocemos el conocimiento que algunos despachos y colegas han aportado al sector; sin embargo, también observamos cómo a veces prevalece la complacencia, limitándose a “hacer lo que el cliente quiere” en lugar de guiarlo hacia lo que realmente debería hacerse para lograr impacto.
Nuestro enfoque es claro: promover una sostenibilidad gestionada con propósito y transparencia, en la que cada acción se traduzca en una comunicación estratégica y auténtica que respalde el liderazgo de la empresa, construya reputación y genere valor real. Sabemos que este es el camino hacia una sostenibilidad que verdaderamente transforme, y es el compromiso que impulsamos junto a nuestros clientes cada día.
R con R, por Edgar López
Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.
Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.