Erika Barón
La pandemia por Covid-19 llegó para evidenciar innumerables problemáticas ambientales que la humanidad ha arrastrado durante décadas, una de ellos es la crisis en el acceso al agua como un básico para el bienestar de la sociedad y su relación con la creciente pobreza que existe en México.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estima que al menos una de cada cuatro personas en el mundo se verá afectada por escasez recurrente de agua para 2050, y por ello es necesario realizar inversiones adecuadas en infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene.
Al respecto, Blanca Jiménez Cisneros, titular de la CONAGUA, aseguró que el agua es indispensable para la vida desde lo individual hasta lo colectivo, “compleja y transversal en su manejo, el agua es un elemento central que ha sido considerada en el punto seis de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a fin de garantizarla limpia y saneamiento para todos”.
Sin embargo, resaltó que este es un tema local, la solución de los problemas no se debe generalizar porque cada país tiene un contextos, recursos y herramientas que no son equiparables con otros países del resto del mundo.
“Su manejo adecuado enfrenta problemas en los diferentes países; asegurarla para la población en general es un reto constante en el que México trabaja como nación heterogénea, donde el recurso y la sociedad tiene vertientes distintas por región” argumentó.
Durante la conferencia “El Agua y la Agenda 2030” del ciclo “Mujeres líderes por un futuro sustentable”, informó que 64% de la población nacional tiene suministro de agua potable, mientras que 87% utiliza servicios de saneamiento; es decir, está conectado a una red pública o fosa séptica y cuenta con sanitario exclusivo para su vivienda.
Señaló que en la actualidad el 49% de aguas residuales se trata de manera adecuada y el 53% de los cuerpos de agua tienen buena calidad; si hablamos de nivel de estrés hídrico a nivel nacional es de 47 por ciento, pero si hablamos de las regiones es muy variable; en el norte es alto, en el centro medio y en el sur bajo.
“Si bien el tema del agua es muy global y todo mundo opina, las soluciones de los problemas son locales. Es algo que hay que entender porque no podemos generalizar y tener puntos de vista generales”, subrayó.
Explicó que el problema del agua va más allá de disminuir su uso, pues “debemos cuestionarnos para qué se usa y no es necesario hacerlo, por ejemplo en temas de transporte de la industria agroalimentaria, a veces se trasladan las manzanas por canales de agua que al final sale contaminada o con demasiada azúcar y existen otras alternativas de transporte como las mismas bandas”.
De acuerdo con datos de CONAGUA, cabe señalar que el 76 % del agua en el país se utiliza en la agricultura, 14 % en el abastecimiento público, 5 % en las termoeléctricas y 5% en la industria.
“Lo principal para México es tener claro lo que queremos, contribuir con lo que aplica en el país, no toda agenda internacional sirve en México, va a haber otra agenda porque el Covid nos retrasó como sociedad, seamos más críticos pues por querer hacer todo no avanzamos hacia ningún lado”, aseveró.
En este sentido, resaltó que el organismo a su cargo ha implementado diferentes acciones para atender la emergencia sanitaria, informó que la Conagua participó en el monitoreo de 594 hospitales, vigilando el almacenamiento y desinfección de agua, con mejoras en 85% de ellos.
“Se brindó apoyó a 759 hospitales fijos y ambulatorios con pronóstico climático y se instalaron más de mil estaciones para lavado de manos en espacios públicos y hospitales Covid-19”, indicó.
Asimismo, estimó que 19 millones de personas de 30 entidades del país fueron beneficiadas con subsidios emergentes para desinfección del agua; dos millones en situación vulnerable de 28 estados fueron atendidas por las brigadas de Protección a la Infraestructura y Atención a Emergencias.