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El escándalo por las acusaciones de fraude fiscal contra el futbolista Cristiano Ronaldo, culminó en sentencia: 23 meses de prisión y una multa de 18.8 millones de euros. Sin embargo él jamás pisará la cárcel.
El tiempo en prisión impuesto por el tribunal fue sustituído nada menos que por una multa de 360,000 euros. Un total que muchos consideran de risa para el goleador de la Juventus. A cambio de unos pocos billetes que restar a su fortuna, estimada en unos 300 millones de euros, el futbolista evitará la cárcel.
«La pelota no se mancha», decía Maradona aludiendo a que sus errores y escándalos no tenían por qué dañar al fútbol; pero ¿no son los deportistas modelos a seguir para la infancia?. En virtud de que su profesión está directamente vinculada a valores y hábitos de vida saludables, ¿no es el comportamiento poco ético la forma más sencilla de «manchar la pelota»?
Si quieres conocer todos los detalles de este caso, no te pierdas la información publicada por El País, que recoge todo lo que necesitas saber. Transcribimos a continuación:
Se abrió la compuerta de una furgoneta negra y salió Cristiano Ronaldo del brazo de su pareja, Georgina Rodríguez. El cielo estaba encapotado y hacía un frío punzante en Madrid pero el condenado ni se quitó las gafas ni dejó de mostrar sus dos hileras de dientes, perfectamente regulares, mientras sonreía a las cámaras. Había unas 50 alineadas en las escaleras que le condujeron a la Audiencia Provincial.
El goleador de la Juventus acudió ayer a la sección 17 del tribunal para firmar su condena ante el juez. Un castigo de 23 meses de cárcel y una multa de 18,8 millones de euros en virtud del pacto al que llegó con la Fiscalía y Hacienda, por el que reconoció haber cometido cuatro delitos fiscales entre 2011 y 2014. “Cristiano ha sustituido la pena de prisión por el pago de una multa de 360.000 euros”, explicaron fuentes judiciales. “Lo único que ha hecho es venir a firmar el acuerdo ante el juez”.
“¡Ya está, ya está!, anunció el portugués al abandonar las dependencias de la Audiencia, después de media hora de trámite que él solicitó evacuar por videoconferencia desde Turín. No se lo permitieron, obligándole a presentarse públicamente. El tribunal también desestimó la petición de la defensa, que pretendía que su cliente pudiera ingresar directamente al parking subterráneo. Le escoltaron seis policías nacionales entre una multitud de más de un centenar de reporteros y curiosos.
Ronaldo acabó por aceptar los hechos que le imputaban después de negarlos en su primera declaración. En octubre de 2017, en la bulliciosa comparecencia del Juzgado de Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón, el futbolista afirmó que “jamás” ocultó nada y que no tuvo intención de evadir impuestos. Por consejo de sus asesores, Cristiano acabó aceptando los hechos que le imputaban.
La Fiscalía cifró en un primer momento en 14,7 millones de euros el fraude tributario y, tras el acuerdo con Ronaldo, lo rebajó a 5,7 millones de euros, si bien este deberá pagar casi 19 millones entre intereses y multas.
La concesión de la justicia alarmó a los expertos del Ministerio de Hacienda. Agrupados en la organización GETSHA. Estos funcionarios especializados publicaron un comunicado en el que lamentan “la excesiva benevolencia de la sentencia dictada”, ya que entienden que reduce entre un 16% y un 20% las cuotas defraudadas y rebaja las multas por debajo del mínimo que le correspondía pagar al no considerar lo que, técnicamente, es un “delito agravado” contra la Hacienda. “De esta manera”, señalan los peritos, “el portugués consigue una condena mucho más laxa que la impuesta a Messi” por un delito análogo. “Ronaldo”, concluyen, “ha ganado por goleada a Messi en los Tribunales”.
Xabi Alonso no pacta
La sentencia determina que cuando Cristiano firmó por el Madrid, en diciembre de 2008, comenzó a tejer una trama para obtener un beneficio fiscal ilícito una vez establecido en España. Primero, simuló ceder la totalidad de sus derechos de imagen a la sociedad Tollin Associates, domiciliada en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes Británicas, del que Cristiano era socio único. Posteriormente, Tollin cedió la explotación de esos derechos de imagen a Multisports&Image Management, empresa domiciliada en Irlanda. El tribunal entiende que Cristiano creó Tollin exclusivamente como “pantalla” para ocultar sus ingresos a la Hacienda española. Añade que en diciembre de 2014 Tollin ingresó más de 78 millones de euros por la explotación de los derechos de imagen entre 2011 y 2014.
Demandado el pasado septiembre en un juzgado del Estado de Nevada (EE UU) por un presunto caso de violación ocurrido en 2009, el hombre vive sometido a un bombardeo jurídico-mediático desde que rompió la negociación de su renovación por el Real Madrid, en 2017. En su breve tránsito en público, solo se paró para firmar un autógrafo a un aficionado con un cartel de la Copa de Europa. Alguien le preguntó cómo estaba, a lo que él respondió: «Perfecto».
Cristiano coincidió con Xabi Alosno en la Audiencia Provincial. Ambos se cruzaron durante unos minutos. A diferencia de su excompañero en el Real Madrid, que solo acudió a firmar su sentencia, Alonso se presentó para asistir a la vista ortalde un proceso en curso. El vasco rechazó pactar con la Fiscalía, que solicita cinco años de prisión por tres delitos fiscales entre 2010 y 2012. Este martes se disponía a someterse a juicio en la Sala 30 pero la presidenta del tribunal anunció que lo suspendía debido a que considera que no tiene clara su competencia para entrar al fondo del asunto. Dijo que, ante las dudas que le suscitaba la aplicación de la reforma del Código Penal de 2012, debía aclarar si la Audiencia Provincial era o no el órgano competente. En los próximos días la magistrada decidirá si es ella quien dicta sentencia o remite el caso a los juzgados de lo Penal de plaza de Castilla.
Alonso se reafirmó al salir del edificio. Declaró ante los medios que, a diferencia de Cristiano, él no pactará con Hacienda y con la Fiscalía. «Si tengo la convicción y la confianza en que he hecho todas las cosas bien, en que he colaborado desde el principio y en que nunca he ocultado nada, tengo que defenderme y confiar en la justicia. Por eso hasta aquí he llegado y voy a seguir hasta el final», señaló. «Estaría preocupado si pensara que tengo algo que ocultar o que algo no lo he hecho bien. Como no es así, sigo para adelante».
En el caso de Alonso, además del jugador, son juzgados Iván Zaldúa, su asesor fiscal, junto con Ignasi Maestre, administrador de la sociedad Kardazli Comercio Serviços de Consultoría e Investimentos LDA. Al margen de los cinco años de prisión que pide para cada uno, la Fiscalía solicita una multa individual de cuatro millones de euros y, en concepto de responsabilidad civil, el abono de forma conjunta y solidaria de 2.032.845 euros a la Agencia Tributaria, pues esa fue la cantidad presuntamente defraudada más los intereses.
Según la Fiscalía, a mediados de 2009 los tres acusados se pusieron de acuerdo para articular una «aparente» cesión de la explotación de los derechos de imagen de Alonso «con la intención de que el mismo obtuviera un beneficio fiscal ilícito». El 9 de agosto de ese año, el jugador, asesorado de forma efectiva por Zaldúa, suscribió un contrato por el que simulaba la cesión de la explotación de sus derechos de imagen a la sociedad Kardzali en Madeira y cuyo administrador y gerente era Maestre. Pero esa sociedad pertenecía a otra radicada en Panamá de la que Alonso fue titular del cien por cien de las participaciones sociales desde el 16 de diciembre de 2009.
La Fiscalía concluye que esa «aparente» cesión de los derechos de imagen se realizó cuando el futbolista gozaba de su condición de «no residente» en España (fichó en el verano de 2009 por el Real Madrid procedente del Liverpool), pero «mantuvo dicha estructura formal» durante los años siguientes y, «al menos hasta 2012», teniendo durante ese tiempo la condición de residente fiscal español.