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¿Cuánto cuesta la desigualdad de género?

Tras décadas de lucha por los derechos de la mujer, la desigualdad de género continúa siendo uno de los proncipales problemas sociales de nuestro tiempo y uno de los desafíos económicos más críticos en el mundo. Para algunos esta afirmación podría parecer exagerada, pero lo cierto es que si la mitad de la población encuentra obstáculos que le impiden alcanzar su máximo potencial humano, no puede esperarse mucho del crecimiento del mundo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha comprobado, mediante diversos estudios realizados en los países miembros y otras naciones, que el incremento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y la reducción de la disparidad, produce un crecimiento económico más acelerado.

¿Exactamente cuánto cuesta la desigualdad de género?

Se estima que si las mujeres participaran más plenamente en la actividad económica formal, sumarían al menos 12 trillones de dólares al PIB mundial para 2025. Esto según estima el informe sobre paridad de género publicado por McKinsey Global Institute en 2015.

Pese a las implicaciones económicas de la desigualdad de género en el mundo, la brecha sigue siendo profunda. En 2013, la relación entre hombres con empleo y la población total se ubicó en un 72.2%, mientras que entre las mujeres era de apenas 47.1%, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Adicionalmente se sabe que ningún país del mundo está libre de brecha salarial, por lo que las mujeres del mundo ganan entre el 60% y 75% el salario de sus colegas hombres por el mismo trabajo. A ello hay que sumar el hecho de que ellas tienen menor acceso a instituciones financieras y mecanismos de ahorro formal; esta equivale en promedio a un 55% de la población masculina frente al 47% de las mujeres.

Las mujeres enfrentan desequilibrios profundos que ponen en riesgo las aportaciones que pueden hacer al mundo.

La lista de desigualdades sigue y sigue. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres, por ejemplo de trabajar en el secotr informal, quedar estancadas en niveles operativos y realizar tareas no remuneradas; tienen una responsabilidad desproporcionada con respecto al trabajo doméstico (entre una y tres horas más que los hombres) y a la prestación de cuidados a hijos, personas mayores y parientes con enfermedad (entre dos y diez veces más que los hombres). Según datos proporcionados por la ONU.

Para 2025, la disparidad podría costar hasta 28 trillones de dólares o 26% del PIB anual en el mundo.

En un escenario ideal en el que las mujeres juegan un papel idéntico al de los hombres en la economía, el crecimiento del PIB anual en el mundo podría alcanzar 28 trillones de dólares o un 26%, de acuerdo con las estimaciones de McKinsey. ¿Acaso no es alto el precio de la desigualdad?

En medio de un momento histórico que el Foro Económico Mundial califica como la Cuarta Revolución Industrial, es imprescindible que las mujeres contribuyan a la transformación y el desarrollo global. Gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil tienen en sus manos el poder de generar este cambio. ¿Qué respuestas encontrarían para los problemas más apremiantes del mundo?, ¿cuántas innovaciones, productos y tecnologías verían la luz, si sumáramos el talento femenino a la constante búsqueda de los mismos?

El desaprovechamiento del talento femenino

Basta echar una mirada al pasado para descubrir, que aún en medio de la desigualdad y por encima de la falta de reconocimiento histórico, el talento femenino ha hecho grandes aportaciones a la humanidad. En los rincones ocultos y alejados de la mayoría de los libros podemos encontrar a Marie Curie, ganadora de dos Premios Nobel, y responsable de descubrir la radioactividad; y Grace Hopper, militar estadounidense y pionera en computación, quien diseñó la computadora Mark I de Harvard.

La desigualdad de género en la ciencia

Todo ello por no mencionar a Jane Goodall, Lella Lombardi, Coco Channel, Malala Yousafzai y decenas de mujeres que en diferentes épocas y ámbitos tan diversos como la ciencia, la moda, el deporte y la política, no solo han destacado por su talento; también han conseguido inspirar a miles de mujeres por generaciones.

Sin embargo, ni los grandes -y poco valorados- avances logrados por el talento femenino, ni las implicaciones económicas globales de la desigualdad de género parecen importar cuando se trata de integrar a las mujeres en las actividades económicas, especialmente en elsector de la ciencia y la tecnología. Las mujeres de hoy siguen enfrentándose a la violencia, la falta de oportunidades y la brecha salarial; tratando de romper techos y librar acantilados de cristal.

De acuerdo con Catalyst, una organización dedicada a acelerar la inclusión de las mujeres; en todo el mundo, ellas ocupan menos del 29% de los empleos en investigación y desarrollo científico. En Estados Unidos, poseen menos del 25% de los trabajos relacionados con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

Claro que esto responde en gran medida a un sesgo cultural. La mayoría de las mujeres no ven a las STEM como una alternativa sólida de carrera porque no se les enseña a que pueden ser constructoras, matemáticas o científicas; sus expectativas se encuentran, en el mejor de los casos, limitadas a aquellos caminos relacionadas con el cuidado y educación de otros como en el caso de la enfermería, la psicología, la pedagogía o el trabajo social.

A ello debemos sumar que entre las mujeres que trabajan en el sector tecnológico, la retención de talento suele ser un problema. Las experiencias negativas y la falta de apoyo estimulan la deserción en tasas alarmantes. Se estima que casi un tercio de ellas en Estados Unidos planea dejar su empleo dentro del proximo año; una cifra más alta que en Brasil, que es del 22% o en India (20%).

Las empresas de tecnología con una fuerza de trabajo diversa en género crecen un 5.4% más por año. (Morgan Stanley 2017)

De acuerdo con un estudio recientemente realizado por Morgan Stanley, las empresas tecnológicas que no están enfocadas en prompover la diversidad de género están perdiendo una oportunidad importante. Aquellas que cuentan con una fuerza de trabajo diversa crecieron hasta un 5.4% más por año que las que no lo han hecho.

Además, el informe asegura que «cuando el principal motor de búsqueda del mundo expandió la licencia pagada de maternidad de 12 a 18 semanas, la tasa de abandono de nuevas madres cayó un 50%». Un dato que sin duda demuestra que la falta de representación de las mujeres dentro del sector tecnológico y las empresas en general, no se debe a una falta de interés, como muchos han opinado, sino a la ausencia de políticas corporativas adecuadas para impulsar su desarrollo.

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