Un estudio realizado por una agencia francesa arroja un poco de luz sobre el impacto ambiental que tienen algunas de las técnicas más usuales de transferencia de información en la oficina.
El primero de ellos es el correo electrónico, el cual ya es la forma más común de comunicación en las empresas, no sólo porque permite compartir documentos, imágenes y otro tipo de archivos, sino también por su relativa facilidad de uso.
El estudio calculó que, en promedio, un trabajador, enviando 33 correos genera 136 kilos de CO2 anualmente; para reducir este impacto, se recomienda reducir el envío de correos únicamente a los necesarios, con lo que se ahorraría una tonelada de CO2.
El siguiente en la lista son las búsquedas en internet. En este caso, el elemento que contamina son los servidores de los motores de búsqueda.
En promedio un usuario realiza 949 búsquedas anualmente, lo que supone una emisión de 9.9 kilos de CO2; la forma de bajar esta cifra es hacer un buen uso de los favoritos del explorador de internet y usar palabras clave precisas.
Finalmente, el uso de los USB genera 80 kilos de CO2 si se utiliza para leer un documento de 200 páginas en promedio.
Lo que resalta del estudio es la necesidad de ser precisos y eficientes en el manejo de los recursos electrónicos.
Fuente: guikblog.com
Publicada: 12 de Julio de 2012