Diversos gobiernos han implementado programas y restricciones para apoyar sobre todo a la población infantil.
Si se logra mantener a los niños en un peso normal, en el futuro además de poder reducir la obesidad en los adultos, los gobiernos ahorrarían miles de dólares en atención esta problemática.
En Estados Unidos recientemente se examinó a detalle los costos y beneficios de cuatro enfoques posibles para frenar la obesidad infantil:
- La colocación de un impuesto especial a las bebidas endulzadas con azúcar.
- Poner fin a la amortización del impuesto para la publicidad en la televisión de los niños.
- El aumento de moderada a vigorosa actividad física en las escuelas.
- El fomento de hábitos saludables (actividad física, una mejor nutrición y menos tiempo en pantalla) en la configuración de preescolar.
Cada uno de estos enfoques pueden tener un efecto positivo; sin embargo, dos destacaron como los más propensos a disminuir el índice de masa corporal de los niños al menor costo y mayores retornos sobre la inversión: un impuesto al consumo de bebidas endulzadas con azúcar y eliminar el subsidio fiscal en la publicidad de televisión para niños.
Así poco a poco, las bebidas azucaradas podrían ir por el camino de los cigarrillos, es decir quedar prohibidas en la mayoría de los lugares públicos.
En México, la Secretaría de Salud lanzó las medidas regulatorias de la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, estas tienen que ver con la publicidad y el etiquetado de los alimentos y bebidas no alcohólicas.
Hace un año, en julio de 2014, se implementaron:
- Horarios restringidos. Se restringieron los anuncios de refrescos, botanas, confitería y chocolates en horarios infantiles de televisión y cine. Es una restricción de 2:30 pm a 19:30 pm, de lunes a viernes, y de 7 de la mañana a 19:30 horas sábados y domingos.
- Sellos para productos con alto valor nutrimental. Un sello que premia a los productos de alto contenido nutrimental e incentiva la reformulación de los alimentos y bebidas.
- A partir de 2015, las empresas deben reportar claramente la fuente de la cual provienen las calorías en el producto; es decir, señalar de manera obligatoria, clara y frontal cuantas azúcares, grasas y grasas saturadas contienen los alimentos y bebidas.
- Se quitan las etiquetas de calorías ‘recomendadas’. Esta inclusión se refiere al estándar utilizado internacionalmente como referente a una dieta diaria de 2,000 kilocalorías.
Sin embargo, la palabra ‘recomendados’ podría generar confusión haciendo creer al consumidor que los porcentajes señalados representan recomendaciones diarias de ingesta.
Sin embargo, la palabra ‘recomendados’ podría generar confusión haciendo creer al consumidor que los porcentajes señalados representan recomendaciones diarias de ingesta.
Los resultados aún no han arrojado cifras que destaquen avances significativos, sin embargo, todos los días en las casas, las escuelas, la comunidad, las instituciones y los países se trabaja en la obesidad, el sobrepeso y los desórdenes alimenticios que se han extendido rápidamente por todo el mundo.
Fuente: Dinero en Imagen