Las flores se han utilizado durante siglos, no solo en la cocina mesoamericana, sino también en la asiática y la europea. Su aporte no solo se limita al sabor y el aroma en la comida, sino que también han sido apreciadas por sus propiedades nutrimentales.
De acuerdo con Francisco Basurto Peña, investigador de la UNAM: “En México existen más de cien especies de flores que son y han sido utilizadas como alimento por los pueblos que habitan el territorio nacional.”
Muchas flores comestibles aportan un gran contenido de vitaminas, minerales y fitoquímicos (sustancias químicas presentes en las plantas) que tienen efectos benéficos para la salud. Sus características nutrimentales, así como sus posibles beneficios son tan vastos como la variedad de flores que existen. Cada especie tiene sabores, formas, colores y texturas diferentes, por lo que sus usos suelen ser igual de diversos.
A pesar de que existen más de 200 especies de flores comestibles, provenientes de todas las regiones de mundo, cuando se trata de consumir flores, hay que tener algunas precauciones como:
1.- No todas las flores son comestibles, existen muchas que son tóxicas y que pueden ocasionarnos algún problema serio de salud.
2.- Una vez identificadas las flores que pueden consumirse, hay que asegurarse de que éstas sean orgánicas, es decir que no hayan sido fumigadas o fertilizadas con químicos o plaguicidas.
3.- Hay que estar seguros de que han sido cultivadas con el propósito de ser consumidas, de manera que no podemos acudir a cualquier mercado o florería a conseguir este tipo de flores, ni tampoco podemos tomarlas de cualquier maceta o jardín.
A continuación te enlistamos las flores que puedes utilizar y con qué propósitos:
- Flores comunes: la alcachofa, la coliflor, el brócoli y la flor de calabaza, son flores que comúnmente incluimos en nuestra alimentación diaria. Además, tenemos a la flor de Jamaica, que es una especie de hibisco de cuyos cálices se hierven en agua para obtener infusiones y agua.
- Flores para infusiones: este es el caso del jazmín, la flor de azahar, la lavanda y la manzanilla, las cuales son flores con sabores sutiles pero muy aromáticos y que han sido ampliamente utilizadas por años para la preparación de infusiones relajantes.
- Flores prehispánicas: la flor de cempasúchil, se recomienda principalmente en padecimientos digestivos y con mayor frecuencia para el dolor de estómago, de la misma manera el huauzontle cuya preparación data de la época prehispánica.
- Flores ornamentales: como los crisantemos, lilas, violetas, rosas, claveles, geranios, tulipanes, dalias, gladiolas, verbenas, pensamientos, girasoles y malvas, son flores que normalmente tenemos en macetas o jardines, pueden ser utilizadas para la elaboración de diversos platillos como parte de los ingredientes o como decoración y en repostería, así como en ensaladas donde normalmente puede apreciarse su sabor más claramente.
- Flores de plantas aromáticas: las flores de la albahaca, cilantro, berro, eneldo, hinojo, menta, orégano, romero, salvia, tomillo, entre otras, tienen un sabor un poco más intenso y perfumado, parecido al de las hojas, por lo que pueden ser utilizadas en las preparaciones en las que también se utilizan éstas.
- Flores de sabor intenso: como las de la mostaza, cebolla, poro, ajo y cebollín que tienen un sabor intenso, por lo que son excelentes para ensaladas y otras preparaciones saladas.
Por último, cabe señalar que el incorporar algunas de estas flores a la alimentación puede contribuir a tener una dieta diferente, variada y a la vez nutritiva.
Fuente: INSK