Una de las formas de retener al talento y asegurar un buen ambiente de trabajo es que los líderes sean adaptables y empáticos con el personal al que dirigen. En las actividades laborales se requiere más que un jefe, un estratega que sepa conducir a un equipo hacia las metas corporativas.
La importancia de un gran líder es tal, que un estudio realizado por la empresa de análisis y asesoría, Gallup, indica que «el 75% de las renuncias se debe a motivos que implican directa o indirectamente a los gerentes o jefes directos».
Por lo que para evitar la rotación de puestos —que le cuesta mucho a las compañías, tanto económicamente como en reputación—, se debe poner atención en las características de los líderes y evaluar si son las adecuadas para impulsar el desempeño.