Objetivo del Milenio, planteado por la Organización de las Naciones Unidas: para 2015 reducir a la mitad el número de personas que viven en pobreza extrema en el mundo
En lugar de la pobreza como un concepto económico, absoluto y estático, se debe hablar de «exclusión social», pensamiento éste multidimensional, relativo y dinámico.
El gobierno, las empresas, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos, de manera coordinada, deben establecer una visión y unos principios generales que servirán de base para el desarrollo y evaluación de estrategias, políticas y programas encaminados a combatir la pobreza y la desigualdad, que, primero, favorezcan el crecimiento económico y la estabilidad, a través de un adecuado control de la inflación y la construcción de un entorno institucional productivo; segundo, impulsen el desarrollo del capital humano y social, garantizando a todas las personas, en especial, a los más pobres, el acceso a servicios de salud y educación de calidad, así como el acceso a infraestructura y servicios de transporte y tecnologías de información y comunicación modernos y eficientes, y, tercero, redistribuyan los ingresos en beneficio de los grupos más vulnerables, a través de una política fiscal y un gasto social enfocados y eficientes, basándose en el principio de subsidiaridad.
El Financiero, “Visión Universitaria”, Mercados, p.19