Es un mantra más o menos consensuado de que la responsabilidad de la empresa ante la sociedad no se ejerce desde un departamento, que es algo que corresponde a toda la empresa, que tiene que estar en el DNA de la empresa, que sin el apoyo decidido de la alta gerencia y del Consejo no habrá progreso, etc, etc. El lector puede añadir sus propios “clichés” de la RSE.
La pregunta que nos formulamos en este artículo es que si esto es así, ¿se puede prescindir del “departamento de RSE”? La respuesta teórica es que el departamento no “debería” ser necesario, que todas las actividades deberían ser llevadas a cabo por la totalidad de la organización sin necesidad del “departamento”. La palabra clave en esta oración es “debería”. En temas de RSE la palabra más usada es “debería” pero estamos actuando en el mundo real y la verdadera preocupación “debería” ser el “como es” no el “debería ser” (ver mi artículo Responsabilidad Empresarial: De la ilusión a la realidad). Uno de los principales enemigos es no percibir la realidad.
La realidad es que la RSE no está en el DNA de ninguna empresa (perdón, a lo mejor conoces una en que sí lo está a todo lo largo y ancho) y que la alta gerencia y el Consejo lo apoyan, muchas veces pero no siempre, siempre y cuando no haya conflictos importantes con el negocio del negocio.
Bueno, a lo mejor en el corto plazo no es así, pero debería serlo, y es de esperar que en el largo plazo si lo sea, que el departamento deje ser necesario ya que todos los empleados y directivos actuarán con ética y con pleno conocimiento de cuál es la responsabilidad de la empresa ante la sociedad, de que todos saben cuáles son y cómo gestionar los impactos que las actividades de la empresa tienen en la sociedad y los que quiere que tenga (ver mi artículo ¿Cómo interpretar LA definición de la RSE?).
El lector se habrá dado cuenta de que si bien este es el mundo deseable, es una utopía, y que el largo plazo en el que esto “pueda ser” en vez de “deberá ser” es muy, muy largo. Harán falta varias generaciones.
Volviendo a la pregunta, ¿Cuándo se puede prescindir del “departamento de RSE”, la respuesta en nunca. No solamente tardaremos mucho tiempo en que el mundo sea un lugar pacífico y bondadoso sino que la complejidad de las actividades e impactos empresariales, las expectativas de la sociedad y el poder relativo de las empresas irán en aumento y se continuará a requerir de personal especializado que continúe a detectar y analizar la problemática y coordinar la implementación de acciones.
No, el “departamento de RSE” no desaparecerá. Cambiará su carácter, cambiará su localización, cambiarán sus funciones, cambiarán las destrezas del personal requerido, cambiará su composición y tamaño. Pero mientras la empresa tenga impactos sobre la sociedad y ésta demande acciones, se necesitarán un grupo de personas especializadas para identificarlos y coordinar respuestas.
Se ha tardado mucho tiempo para que el pensamiento del impacto financiero de las actividades de la empresa esté embebido en las empresas, pero ello no quiere decir que la función del directivo financiero se haya hecho innecesaria. Todavía hay un grupo que debe centralizar el impacto financiero, gestionar los recursos financieros, llevar las cuentas, informar a los inversionistas y acreedores y manejar las relaciones con los aportantes de recursos financieros. De la misma manera habrá un grupo que debe centralizar el impacto en responsabilidad social, gestionar los recursos especializados, llevar las cuentas de esos impactos, de informar a los stakeholders y de manejar las relaciones con algunos de ellos.
Como dice elocuentemente Mallen Baker en Actually, no. CSR is not dead. Again.).
“Si aceptamos que las empresas tienen un papel positivo que jugar en la sociedad, que puede proveer soluciones a algunos de nuestros problemas comunes, al tiempo que encuentran maneras de ser rentables, entonces será siempre el caso de que las empresas necesitarán especialistas que entienden las sutilezas de cómo lograrlo de la mejor manera. De la misma manera que emplean expertos en mercadeo, contadores, auditores, vendedores, diseñadores y desarrolladores de productos, necesitarán profesionales en RSE” .
Lo que debe quedar también claro de esta discusión es que la función es y será muy dinámica y que solo serán aptos los profesionales que estén preparados para entender la mayoría de los impactos de la empresa, de la reacción de la sociedad, del carácter multidisciplinario del problema y la necesidad de entender, promover y gestionar el cambio y la adaptación a la realidad. (ver mi artículo Cómo prepararse para una carrera en RSE: ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?). Este no es campo para aficionados.
Pero nunca digas nunca. Patagonia, la conocida empresa de prendas deportivas, reconocida como empresa líder en temas de sostenibilidad (que comentábamos como B-corp en el artículo anterior) eliminó el “departamento de RSE”. Sí, pero la función no desapareció, la hicieron mas efectiva. Dado el gran avance que la ha empresa ha hecho (aquí sí se puede decir que está en su DNA) tomaron la decisión de asignar a los expertos medioambientales y sociales dentro de las unidades que pueden tomar acciones preventivas, por ejemplo en diseño y producción. De todas maneras dentro de una empresa así habrá algún grupo encargado de coordinar, de reportar, de planificar y a lo mejor un Comité de Sostenibilidad al más alto nivel. En el caso de Patagonia el dueño es el Comité.
Pero esto no quiere decir que el “departamento de RSE” tenga siempre un impacto positivo. Hay que tener mucho cuidado en que en la empresa no lo consideren responsable de la responsabilidad y que ello dé lugar a que los demás se desentiendan: “no es problema mío, es de los de RSE”. Esto es mucho más probable que ocurra cuando esos se quieren abrogar o aceptan responsabilidades ejecutivas, por ejemplo de programas de desarrollo social o filantropía. Pasan entonces a ser conocidos como los de “programas especiales”, de mejora de reputación, de caprichos de algunos. Ello puede ser muy negativo para la visión más necesaria de los impactos de la empresa ante la sociedad, de su fin mayormente estratégico y global y no táctico o ejecutivo de programas puntuales.
Si el “departamento” desaparece será porque se suicidó, metiéndose en lo que no debe y no metiéndose en lo que debe. O lo hemos matado a base de improvisación e incompetencia. Se lo habremos servido en bandeja de plata a los enemigos.
Antonio Vives
Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos articulos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.