Había una vez una (hermosa) princesa que vivía en un castillo (rosa) y todos los días pensaba en cómo hacer realidad su sueño más preciado (encontrar a su príncipe azul).
Las niñas, sus madres y las mujeres en general ya se cansaron de los estereotipos. Están aburridas de las princesas delgadas de piel inmaculada que presentan en la mayoría de los cuentos de hadas y que, aunque en numerosas ocasiones han tratado de ser reivindicadas, difícilmente representan a las mujeres del mundo. Así que se rebelaron y para hacerlo empezaron con los cuentos de buenas noches.
¿Te parece extraño? Partamos del principio: Crear la sociedad incluyente y libre de discriminación de género que todos queremos, es prácticamente imposible sin transformar antes la educación de las nuevas generaciones. Los mensajes que ofrecemos a los niños a través del cine, la televisión y el internet no siempre están libres de sexismo; para cambiar eso hace falta un largo camino. Por fortuna los padres del mundo todavía pueden tomar la solución en sus manos a través de los cuentos de buenas noches.
¿Cómo enseñarle a niños y niñas a deshacerse de los estereotipos si lo último que escuchan antes de dormir es que Cenicienta tuvo que casarse con un príncipe para tener un “felices para siempre”?
Existen algunas historias que podemos contar a niños y niñas para ayudarlos a aprender sobre equidad de género de una forma natural y divertida. Desde Alicia en el País de las Maravillas hasta La Cenicienta que no quería comer perdices, se trata de obras con personajes fuertes, de opiniones diversas y capaces de alzar la voz; no de forma combatiente, pero firme. Mujeres que más que princesas son seres humanos con imperfecciones, deseos y capacidades únicas.
Desafortunadamente todas ellas son producto de la imaginación de un un escritor que decidió regalar a las nuevas generaciones de niñas una dosis de empoderamiento. ¿Qué hay de las mujeres reales? Esas que se han enfrentado a un mundo plagado de sexismo y han destacado abriendo camino a otras. Esas heroínas que los libros de historia han olvidado y que no eran princesas, pero sí artistas, científicas, escritoras y pilotos. Esas que bien podrían ser modelos a seguir para las nuevas generaciones en su lugar han sido relegadas a un espacio lejos de la memoria de la humanidad.
Un libro que quieres en tus manos
Gracias a Elena Favillo y Francesca Cavallo, ahora ellas son las protagonistas de un total de cien cuentos cortos reunidos en un libro invaluable. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes.
De la matemática Ada Lovelace a la arquitecta Zaha Hadid, la lista pasa por mujeres que han tenido la fortuna de pasar a la historia como Cleopatra, Coco Chanel y Frida Kahlo, sin dejar de tocar las vidas de aquellas cuyos nombres han sido menos escuchados, pero igualmente importantes, como Ashley Fiolek, campeona de motocross y Policarpa Salavarrieta, una espía cuyo nombre real continúa siendo un misterio y que hoy todavía sirve de inspiración a muchos colombianos que luchan por un país más justo.
No menos importante es la aparición de mujeres que todavía hoy trabajan haciendo historia todos los días, como hace la joven Malala Yousafzai a través de su lucha por la educación y la ex primera dama norteamericana Michelle Obama, que sin duda es una fuente de inspiración para las mujeres del mundo, gracias a su inteligencia y carisma.
Francesca Cavallo y Elena Favilli han trabajado en medios de comunicación de corte infantil durante cinco años. A lo largo de ese tiempo han sido testigos de cómo los estereotipos de género siguen estando presentes en el material que reciben las nuevas generaciones.
«A los padres se les ofrecen pocos recursos para contrarrestar esta tendencia y se encuentran particularmente preocupados por la falta de modelos femeninos que sean fuertes en los medios de comunicación infantiles», declaró Cavallo en una entrevista con Keren Villeda el pasado mes de mayo.
Además las autoras compartieron que su intención fue presentar a mujeres de tantos países como fuera posible porque la mayoría de las producciones infantiles carecen de diversidad de género, pero también en términos de raza, religión y orientación sexual. Lo cierto es que el trabajo se nota, el libro compila las historias de mujeres de todos los países, épocas y profesiones posibles.
La realización de este libro fue financiada a través de una campaña de crowdfounding, en la que se reunieron más de un millón de dólares. Esta suma lo convirtió en el libro original que más recursos ha obtenido en la historia del financiamiento colectivo.
Las cifras revelan el hambre de las audiencias por nuevas historias con protagonistas femeninos libres de estereotipos, con trabajo y aspiraciones profesionales. Según un artículo publicado por las mismas autoras en The Guardian, solo en 18% de los personajes femeninos lo tienen, en comparación con el 80% de los personajes masculinos en los dibujos animados.
Devoramos historias… y las hacemos propias
Las cosas están cambiando. Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes se ha sumado a una lista no tan larga de materiales que cuentan historias distintas a las que habían predominado por siglos. Historias cada vez más frecuentes que presentan a mujeres fuertes en diferentes formatos.
Comparado con otros problemas que atañen a la equidad de género como la falta de acceso a la educación para niñas en países en vías de desarrollo, el matrimonio forzado e incluso la brecha salarial; el problema de los estereotipos podría parecer a simple vista insignificante. La realidad es que esta transformación es tan importante como las otras.
Los seres humanos somos devoradores de historias. Y tal como revela Jorge Volpi en su libro Leer la mente, también somos capaces de hacerlas propias.
La narrativa presente especialmente en el cine y la literatura, ha tenido durante siglos un papel, no solo de entreteimiento, sino evolutivo. A través de ellas los seres humanos aprendemos a reaccionar ante situaciones hipotéticas; por lo que es posible que dichos mateirales influyan activamente en nuestro comportamiento.
Esto se debe en gran medida a las neuronas espejo, un espacio de nuestro cerebro que se encarga, a grandes razgos de hacernos empáticos y sensibles a las emociones de otros. Ellas nos hacen prácticamente experimentar en cabeza agena. Cuando leemos o vemos una película se encargan de ponernos hipotéticamente en la piel de un personaje, casi siempre el protagonista, de forma que podamos ver, sentir y hacer lo que él o ella, sin necesidad de movernos de nuestro asiento. Así nos apropiamos de todo.
Un cambio de narrativa quizá no haga una diferencia inmediata en el mundo, pero es un enorme paso en el camino de formar nuevas generaciones libres de prejuicios de género.
10 frases de mujeres que hicieron historia
A través de la pluma de dos grandes autoras e inmortalizadas en las páginas del libro Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, un grupo diverso de mujeres de distintas épocas y nacionalidades ofrece a las nuevas generaciones mensajes valiosos. Aquí 10 frases que te harán quererlo en tus manos justo ahora.
1. No soy un ángel, ni lo seré hasta que muera. Seré yo misma. – Charlotte Brontë
2. ¡Hay que querer!, ¡Ustedes tienen el valor de pedir!, ¡Aprendan a desear! – Evita Perón
3. Sólo si entendemos, nos puede importar. Sólo si nos importa, podemos ayudar. Sólo si ayudamos, ellos se salvarán. – Jane Goodall
4. Nadie tiene derecho a decirme qué puedo y qué no puedo lograr. – Amna Al Haddad
5. Siempre seré tan difícil como sea necesario para lograr ser la mejor. – María Callas
6. Prefiero correr autos que enamorarme. – Lella Lombardi
7. ¡Por Dios! ¿Acaso los aliados me enviaron a Francia a freírles huevos y tocino a los hombres? – Nancy Wake
8. Estoy hecha así por alguna razón, así que voy a aprovecharlo. – Simone Biles
9. Cuando las niñas vean a otras mujeres hacer este trabajo, sentirán que ellas también pueden hacerlo. – Xian Zhang
10. Más fuerte que el miedo, es el deseo de luchar por la libertad. – Claudia Ruggerini