Ansiedad, estrés, presión psicológica con algunos de los nuevos padecimientos que se registran con frecuencia y que todavía no están reconocidas como enfermedades de trabajo.
Los cambios en las formas de organización en el trabajo han desarrollado nuevas enfermedades laborales, vinculadas en su mayoría a padecimientos del campo psicológico.
Especialistas en la materia refieren que esta situación se deriva de la mayor exigencia en las oficinas y en los centros laborales, provocando problemas de salud que afectan el desempeño de los trabajadores y traen consigo mayor ausentismo y hasta incapacidad para realizar algunas funciones.
Así, casos de ansiedad, estrés y presión psicológica se registran con mayor frecuencia, comentó en entrevista Mariano Noriega, especialista en salud del trabajo de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien explicó que bajo distintos términos, como burn out (estar quemado) y el mobbing, o acoso psicológico, se hace referencia a dichas enfermedades ocasionadas por el trabajo.
* Desconocidas en la ley
El especialista comentó que la mayoría de estas enfermedades “no están reconocidas como enfermedades de trabajo, a pesar de que hay muchos estudios que demuestran la asociación que existe con el desempeño laboral”.
Lo que hasta ahora se reconoce en las relaciones laborales son los accidentes de trabajo, pero no enfermedades por el trabajo, “las enfermedades del estrés que se agrupan en dos tipos, transtornos mentales y psicosimáticos, están relacionadas con problemas como colitis, gastritis o cardiovasculares que sí se ocasionan por el trabajo”, dijo Mariano Noriega.
Las nuevas enfermedades tienen términos provenientes de otros países, pero lo que es cierto, explicó, “es que cada vez se registran en mayor o menor medida los mismos síntomas”.
Por ejemplo, citó el caso del síndrome de desgaste profesional, también llamado burnout, el cual se reconoció entre los 70 y 80 y su característica principal es que manifiesta un extremo agotamiento físico y mental, bajo rendimiento laboral y pérdida de interés hacia el trabajo.
Según se ha definido esta enfermedad, las personas que están más propensas son quienes tienen trato directo con gente: médicos, psicólogos, trabajadores sociales, profesores, policías, bomberos, guardias de cárceles, comerciantes y encargados de brindar información o atención al público, ya que deben involucrarse en problemas y preocupaciones de otros y enfrentarse a hechos sociales dolorosos, como pobreza, violencia o muerte.
Otra enfermedad es el síndrome de acoso o mobbing; en la cual se han observado que en las empresas con organigrama muy rígido, oficinas de gobierno, hospitales e incluso escuelas y universidades se desarrolla este padecimiento, en el que hay una depresión considerable.
Asimismo, la adicción al trabajo se ha convertido en una enfermedad, pues cuando las personas caen en ello tienden a deprimirse cuando no se encuentran en el desarrollo de sus actividades laborales.
Ante esta situación, el especialista dijo que primero es indispensable que “se haga un registro adecuado de esas enfermedades para poder reconocerlas y puedan ser tratadas”.
Estimó que de las 161 enfermedades que se tienen reconocidas en la Ley Federal del Trabajo, es necesario que sean evaluadas y modificadas a los nuevos tiempos dadas las nuevas formas de organización del trabajo, que ahora es más flexible.
Fuente: El Empresario