Las empresas socialmente responsables no solo se tienen que preocupar por su impacto social y ambiental, también deben estar al tanto del bienestar de sus colaboradores, así como garantizar el respeto a los derechos humanos y la no discriminación.
Los empleadores cada vez son más conscientes de que un buen ambiente de trabajo tiene como consecuencia resultados más favorables en el área laboral.
Bajo esta línea, hace unos meses se promovió la Norma Oficial Mexicana (NOM) 035, que hace énfasis a que todos los centros de trabajo en los que laboren hasta quince trabajadores; entre 16 y 50 y hasta más de 50, deberán atender factores de riesgo psicosociales que padece su personal, como estrés laboral, ansiedad y desequilibrio del sueño.
Dicha norma ya entró en vigor y es responsabilidad de las empresas cumplirla.
Cuidar la salud emocional de los trabajadores
La NOM-035 obliga a los patrones a cuidar a los empleados por desórdenes psicosociales como:
- Estrés laboral.
- Ansiedad.
- Desequilibrio del sueño.
Algunos empresarios piensan que enfocarse en esta norma resultaría muy caro, sin embargo, de acuerdo a Forbes, no lo es.
«Crear un entorno saludable en el centro de trabajo en empresas de todo tamaño, con programas específicos enfocados para este fin, no debería representar un gasto excesivo para los patrones ni la disminución de productividad».
La norma dice:
“Los patrones deberán practicar exámenes médicos y evaluaciones psicológicas a los trabajadores expuestos a violencia laboral y/o a los factores de riesgo psicosocial, cuando existan signos o síntomas que denoten alguna alteración a su salud y el resultado de la identificación y análisis de los factores de riesgo psicosocial, a que se refiere el numeral 7.1 y 7.2 de esta Norma, así lo sugiera y/o existan quejas de violencia laboral mediante los mecanismos a que alude el numeral 8.1, inciso b) de la presente Norma.
Se consideran factores de riesgo psicosocial aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia, de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo y la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral al trabajador, por el trabajo desarrollado”.
Para Fátima Masse, coordinadora de proyectos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las medidas interpuestas son una oportunidad benéfica para los trabajadores mexicanos.
El IMCO ha hecho alrededor de 50 entrevistas con empresas en México que se han integrado a políticas de vida y trabajo. El Instituto identificó algunas que pueden ser adaptadas sin que tengan costos elevados.
Entre las acciones se destacan cuatro categorías:
- Flexibilidad de tiempo y espacio.
- Inclusión de género.
- Balance entre familia y trabajo.
- Salud y bienestar.
Según Masse, no todas estas acciones son costosas, hay formas de lograr acciones cuya inversión sea mínima pero que realmente esté contestando a las necesidades de los trabajadores, y en ese sentido el primer paso es analizar las necesidades del personal, porque no necesariamente van a funcionar las estrategias que han integrado otras empresas.
Flexibilidad de tiempo y espacio
Entre las acciones que las empresas deben realizar para que los colaboradores gocen de buena salud, es ajustar su horario laboral o su lugar de trabajo en función de sus necesidades.
Entre las recomendaciones se encuentran permitir a las madres con hijos menores de 10 años acudir a la oficina de 9:00 a 13:00 horas, y el resto de las horas semanales completarlas en casa. Otra opción es que el trabajador determine junto con su coordinador cómo distribuir sus 45 horas semanales, con la única regla de estar en la oficina de 9:00 a 13:00 horas.
Inclusión de género
Se recomienda integrar medidas específicas para que en todos los procesos de selección haya una mujer que aspire a obtener cierto puesto.
Balance entre familia y trabajo
Algunas empresas han integrado medidas como licencias de maternidad por 16 semanas o cuatro semanas por licencia de paternidad.
Salud y Bienestar
Las compañías pueden fomentar hábitos alimenticios, ejercicio, acceso a servicios de gastos médicos mayores o menores, así como estrategias que impulsen el bienestar como deportes al final de la jornada laboral.