Este año, específicamente el 30 de noviembre, se llevará a cabo la Cumbre del Clima de París, en la que 195 países, incluyendo a México, tratarán de cerrar un acuerdo global contra el cambio climático. Para nuestro país, el noveno más contaminante según el WRI, esta cumbre será un momento de inflexión, ya que actualmente su agenda de inversión energética puede no ser la mejor.
Esta reunión es vista por los líderes como “la última oportunidad”, porque la cantidad de gases de efecto invernadero que el hombre ha expulsado a la atmósfera hace irreversible el calentamiento. Con la Cumbre se buscará mitigar el problema y adaptarse a la nueva realidad en la que el cambio climático es parte de nuestra sociedad.
En dicho proceso de adaptación, por supuesto, habrá perdedores y ganadores. Entre los perdedores estarán las empresas y accionistas que tienen inversiones basadas en combustibles fósiles que incluso la Agencia Internacional de la Energía ha llegado a cifrar en 300,000 millones de dólares, dado los activos en petróleo, gas y carbón que, de acuerdo a sus estimaciones, se devaluarían gradualmente en los próximos 25 años. Este sector, además de representar una gran cantidad de dinero, es responsable del 26% de las emisiones de gases de efecto invernadero siendo Estados Unidos y China los principales emisores.
Dentro de la Cumbre de París el camino a seguir parece ser claro: disminución de la dependencia en la energía fósil y una migración a un sistema de energías renovables. Sin embargo, hoy en día el precio del gas natural en Estados Unidos se encuentra por debajo de los 3 dólares por MBtu, tendencia que se espera continúe durante el resto del año 2016 de acuerdo a las proyecciones realizadas por la Agencia de Información de Energía de los Estados Unidos. Ello implica que hoy en día resulta más rentable generar electricidad a partir de este combustible fósil en comparación con cualquier fuente de energía renovable, además de contar con la ventaja de poder almacenarlo para utilizarlo en caso de que el precio volviera a subir.
Un ejemplo claro de esta tensión entre energía renovable y gas natural es México, ya que durante el 2014 el 50% de la energía eléctrica fue generada en plantas de ciclo combinado las cuales funcionan con gas natural. Además se espera que para el año 2018 se instalen otras 4 plantas de ciclo combinado más los proyectos que puedan surgir bajo el nuevo marco de la reforma energética.
Dicho lo anterior, algunos sectores argumentan que muchos países como México están persistiendo con un modelo (combustibles fósiles) que ya tiene que ser superado dada la situación que se discutirá en la Cumbre de París. Otros argumentan que financieramente tiene más sentido hacer inversiones en gas natural. En este contexto, será de vital importancia dar un seguimiento a la Cumbre del 30 noviembre ya que se espera que se generen acuerdos vinculantes que en cierta medida obligarán a muchos países a realizar una inflexión sobre su estrategia de inversión energética.
SUSTENTUS
SUSTENTUS concentra sus esfuerzos en el área de sostenibilidad, por medio de estudios orientados hacia la gran empresa y el emprendimiento social, propiciando la vinculación entre la academia, la iniciativa privada, y las organizaciones de la sociedad civil para el desarrollo de proyectos conjuntos.
El centro pertenece a EGADE Business School sede Monterrey, y es dirigido actualmente por su fundador el Dr. Gerardo Lozano Fernández, quien ha estudiado la sostenibilidad empresarial desde el año 1999.En esta columna encontrará casos sobre empresas y OSC que han generado un desarrollo sostenible en diversos países de Latinoamérica. Además encontrará diversos análisis y opinión sobre las tendencias y prospectiva de la sostenibilidad empresarial a nivel internacional.
