La probable liberación de Sandra del zoológico de Buenos Aires, constituiría un hito que abriría las puertas a más demandas.
Una orangután en cautiverio en Argentina puede ser liberada y llevada a un santuario luego de que una corte reconoció que la primate es un «sujeto no humano» privada ilegalmente de su libertad, reportó la prensa local.
Activistas por los derechos de los animales habían presentado en noviembre un hábeas corpus -una petición legal que usualmente se usa para oponerse legalmente a la detención o presidio, a nombre de Sandra- una orangután de 29 años del zoológico de Buenos Aires procedente de Sumatra.
El fallo constituye un hito que puede abrir el camino a más demandas, dijo la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los animales (AFADA), que argumentó que el simio tiene funciones cognitivas suficientes como para no ser tratado como un objeto.
La corte estuvo de acuerdo en que Sandra, que nació en cautiverio en Alemania antes de ser trasladada a Argentina hace dos décadas, merece derechos humanos básicos como un «sujeto no humano».
Abre un camino, no sólo para los grandes simios, sino también para el resto de aquellos seres sintientes que se encuentran injusta y arbitrariamente privados de libertad en zoos, circos, parques acuáticos y centros de experimentación», dijo al diario La Nación el abogado de AFADA Paul Buompadre.
El caso de Sandra no es el primero en el que activistas han pedido un hábeas corpus para asegurar la liberación de animales salvajes en cautiverio.
Una corte de Estados Unidos rechazó una petición similar para liberar al chimpancé Tommy, que es propiedad de un privado en Nueva York, argumentando que no es una «persona» con los derechos y protecciones del hábeas corpus.
El zoológico de Buenos Aires tiene 10 días hábiles para apelar. Un portavoz no quiso hacer comentarios a Reuters.
El jefe de biología del zoológico, Adrian Sestelo, dijo a La Nación que los orangutanes son por naturaleza calmados y solitarios, y que sólo se reúnen para aparearse o cuidar de las crías.
Desconocer la biología de la especie, alegando injustificadamente maltratos, estrés o depresión del animal, es incurrir en uno de los errores más comunes de los seres humanos, que es humanizar cualquier conducta animal», dijo Sestelo al periódico.
Fuente: Excélsior