La reforestación del Cerro del Colihui, donde sobrevive el ecosistema bosque de niebla -amenazado a nivel mundial- no es tarea menor. Y es por eso que se pensó en los pequeños. Otra vez.
El programa Mi primera plantita, que lanzó la empresa Danone a través de su marca Danonino el año pasado, logró en esa primera edición la reforestación de 5 hectáreas en El Obraje, Estado de México, gracias a los registros en línea que alcanzó el producto.
Esta vez, los pequeños son convocados nuevamente por la marca para registrar su producto hasta el 30 de diciembre y conservar de manera virtual un metro cuadrado del Cerro del Colihui, lo que Danone convertirá en realidad.
La campaña, que se desarrolla en conjunto con Naturalia, lleva al momento 45,000 registros, por lo que Aminta Ocampo, gerente de Relaciones Públicas de Danone, confía en que superarán los 50,000 del 2011.
Hueytamalco y Atoluca, las comunidades que abarca el Cerro y comparten 1,200 hectáreas de bosque, ya realizan labores de conservación del ecosistema, a esto se sumará la campaña de reforestación y 1 millón de pesos que aportará Danone para fortalecer el esfuerzo.
Los recursos, dijo, impulsarán el desarrollo de proyectos productivos como la producción de trucha, la implementación de granjas de traspatio, el ecoturismo e invernaderos. Esto les dará una fuente de ingreso y mantendrán como prioridad la conservación del Cerro.
Nicolás Grepe Philp, director general de Naturalia, destacó la oportunidad que tienen estas comunidades para desarrollar dichos proyectos productivos y mantener con ello el ecosistema.
En Hueytamalco se pretende desarrollar un vivero que produzca 200,000 árboles al año y se busca comercializar especies endémicas mientras que en Atoluca se remodelará el vivero que tiene nueve años funcionando y cuya capacidad máxima de producción es de 1 millón de plantas.
José Rosario Hernández Ignacio, comisariado del ejido Atoluca, destacó que con este esfuerzo los habitantes de ambas comunidades han asumido un objetivo común y de trabajo en equipo.
“Los ejidatarios han comprendido la necesidad de aprovechar los recursos naturales de manera racional y sustentable”, enfatizó.
Fuente: El Economista