Cuando el presidente ejecutivo de Danone, Emmanuel Faber, pronunció en junio el discurso principal en la ceremonia de graduación de una escuela de negocios francesa, contó cómo había pasado noches enteras buscando a su hermano esquizofrénico en las calles antes de que se suicidara varios años más tarde.
Faber, de 52 años, ha asistido a cumbres antiglobalización y advertido que la gente se volverá contra los mercados libres y abiertos a menos que los gobiernos y las organizaciones ayuden a aquellos que han sido dejados de lado por la globalización.
Faber, quien es apenas el tercer presidente ejecutivo de Danone, tomó las riendas de la empresa parisina en octubre de 2014 y ha prometido lograr «un crecimiento fuerte, rentable y sostenible» para 2020. Está adaptando los negocios de la empresa en China para que se ajusten a las nuevas regulaciones y encabezó la reestructuración de su división de lácteos frescos.
Hace unos días, Danone rebajó su proyección de ventas para este año, aduciendo la debilidad en España y problemas con el relanzamiento de la marca de yogur Activia en Europa. Faber completó su segundo año en el cargo con el acuerdo de compra de WhiteWave Foods Co. en julio por US$10.400 millones, que le permitirá fortalecer su presencia en alimentos orgánicos y duplicar su negocio en América del Norte.
En una entrevista, Faber analizó la adquisición de WhiteWave, el futuro de los alimentos orgánicos y cómo sus opiniones personales encajan con su liderazgo en uno de los mayores conglomerados alimentarios del mundo. A continuación, fragmentos editados del diálogo:
WSJ: Usted ha dicho que la industria alimentaria debe cambiar. ¿En qué sentido?
Faber: La industria alimentaria ha sido exitosa durante los últimos 50 años debido a su capacidad de simplificar, estandarizar y buscar economías de escala, que han reducido el costo del consumo de calorías y proteínas. Mi opinión es que esto está ahora alcanzando [su límite] y no toma en cuenta la sostenibilidad del modelo. Hay tanta desnutrición como obesidad. Tampoco toma en cuenta la sostenibilidad del sistema agrícola en la salud de la tierra. En todas partes se aprecia una gran pérdida de fertilidad de la tierra, que tardará décadas en mejorar gradualmente.
WSJ: Están gastando US$10.400 millones en un sector con pocas barreras de entrada. ¿Cuál fue el argumento contra hacer algo por cuenta propia?
Faber: Durante años hemos desarrollado experimentos en la fermentación de proteína vegetal en Asia, África, incluso en Europa.
Con tan sólo una adquisición vamos a pasar a ser el líder mundial en esta industria. Además de esto, vamos a mejorar de forma significativa nuestra exposición al mercado estadounidense, que desde hace tiempo ha sido un área en la que pensaba que había una oportunidad.
WSJ: Las ventas de alimentos orgánicos han crecido a tasas de dos dígitos en los últimos años. ¿Se están desacelerando?
Faber: Lo interesante es que una cantidad de consumidores y familias está realmente empezando a consumir alimentos orgánicos a través de los hijos, en particular en el caso de Estados Unidos.
La probabilidad de que mamá y papá continúen haciendo que al menos una parte de la comida de los niños sea orgánica es muy fuerte, así que hay un efecto de cohorte.
WSJ: El yogur es un producto bastante atractivo en este momento, con el yogur griego creciendo en popularidad en EE.UU. ¿Cuál es la próxima gran tendencia en el rubro?
Faber: La gente tiende a ser versátil en sus opciones: están listos para ser muy estrictos en un par de cosas, pero realmente quieren darse el gusto en un par de otras cosas.
Generalmente, reducir el azúcar y aumentar las proteínas por porción va a ser una tendencia.
Por otra parte, experiencias más indulgentes, altamente cualitativas y sensoriales serán una tendencia. El yogur puede ser parte de ambas. Tiene la capacidad de ir de cero grasa hasta cuanto quieras e incluso llegar a ser crema batida.
WSJ: ¿Cómo ha cambiado el clima de negocios en China para las compañías como Danone?
Faber: Hubo un período cuando el capital extranjero era recibido con los brazos abiertos. Ahora hay claramente un reequilibrio de eso y uno puede ver ahí la mano del gobierno.
Me parece interesante que se empiece a ver una considerable demanda de marcas chinas. En el tercer trimestre de este año, las ventas de todoterrenos de marca china en China fueron más altas que las ventas de todos los fabricantes que los importan. Si se piensa en un producto como unsímbolo de estatus, es el todoterreno. Se puede decir que tal vez se deba a que son ligeramente menos costosos, pero claramente significa que hay una compensación. Todos sabemos que hay una desaceleración del PIB, y la demanda en China va a ser satisfecha no sólo por productos fabricados localmente, sino también por marcas chinas. Es un giro interesante.
WSJ: Usted señaló en el discurso de graduación que el desafío económico de la globalización es la justicia social. ¿Puede elaborar al respecto?
Faber: Lo que dije en ese discurso refleja la tensión que vivo todos los días como presidente ejecutivo: cómo balancear el proyecto dual económico y social de Danone.
En última instancia, tenemos que tener en cuenta que lo que constituirá la durabilidad de este negocio, la resistencia de nuestras marcas, es esta noción de justicia social. Tenemos que ser justos en la forma en que nos manejamos.
Fuente: LaNación