La última exposición del escultor Andy Yoder sobre las zapatillas Jordan Air recicladas forma parte de una crítica al Gran Derrame de Zapatos ocurrido en 1990. El desastre tuvo lugar cuando una tormenta repentina azotó un barco de carga y vertió su contenido en las playas del noreste del Pacífico, incluyendo 61,820 zapatillas Nike.
Titulada «Overboard», la exposición presenta más de 200 réplicas de zapatillas deportivas Nike Air Jordan creadas por el escultor Andy Yoder. Sin embargo, en lugar de utilizar materiales convencionales, Yoder ha empleado basura que ha recolectado en su vecindario para crear cada pieza, según reporta la revista Smithsonian Magazine.
Crear consciencia ambiental del Gran Derrame de Zapato
Treinta años después del desastre, la exposición individual presentada en el Museo y Centro de Arte de Brattleboro, Vermont, continúa evidenciando la problemática ambiental y fomentando la conversación sobre la importancia de proteger el medio ambiente. En las semanas, meses y años posteriores al incidente, miles de zapatos ensuciaron las playas del noroeste del Pacífico.
«Es tan terrible e inevitable, y el mensaje debe llegar a nosotros de una manera diferente que no sea demasiado sermoneadora o apocalíptica, y [esta exhibición] es una forma clandestina de hacer precisamente eso. Quería investigar cómo la cultura del consumo afecta el medio ambiente. Cuando compramos algo, a menudo se fabrica en el extranjero y viaja en un contenedor de envío».
Andy Yoder, creador de Jordan Air reciclados.
La exhibición de réplicas de Jordan Air reciclados, elaboradas a partir de piezas recicladas, ha dado como resultado un cuerpo de trabajo colorido que contribuye a la conversación en curso sobre la responsabilidad social en la protección del medio ambiente. El artista busca que su obra invite a los espectadores a reflexionar sobre su propio consumo y cómo este puede afectar al mundo que nos rodea.
Yoder ha creado numerosas réplicas de zapatillas deportivas utilizando envases desechados y las ha adornado con logotipos de marcas reconocidas como Tiffany & Co., Coca-Cola, Corona Extra, Hot Wheels, Kellogg’s, McDonald’s y Nike (por supuesto). Con un total de 240 replicas de Jordan Air reciclados, la exhibición se presenta en estantes, de manera similar a lo que se vería en una tienda de calzado.
El arte como detonador ambiental
Danny Lichtenfeld, director del Museo Brattleboro y curador de esta exposición, coincide con Yoder y añade que la capacidad de este último para hacer accesibles los temas de la contaminación oceánica y el consumismo excesivo es lo que hace que su arte sea tan brillante.
«Esta exposición nos permite ver las cosas a través de la lente con la que [Yoder] ve el mundo. Él ha dado con una forma de involucrarse en esos temas que es a la vez divertida y cautivadora».
Danny Lichtenfeld, director del Museo Brattleboro y curador de la exposición.
Yoder tenía 33 años cuando ocurrió el derrame de zapatos y se encontraba en las primeras etapas de su carrera como escultor. Estudió arte en el Instituto de Arte de Cleveland y posteriormente en la Escuela de Pintura y Escultura Skowhegan en Maine.
Aunque admite no recordar mucho sobre el incidente en el momento en que ocurrió, menciona que la noticia generó un frenesí entre los coleccionistas de zapatos y los habitantes de la costa oeste, quienes se apresuraron a recoger las zapatillas cuando llegaban a la orilla. Pronto, los coleccionistas comenzaron a organizar encuentros de intercambio para poder intercambiar zapatos recuperados y encontrar pares iguales.
Con esta exhibición, Andy Yoder espera que el tema resuene y que tanto las personas como las empresas tomen conciencia de la relación entre los hábitos de consumo actuales y su impacto en el medio ambiente, y de la necesidad de abordar estos problemas.