¿Puede una mujer de 32 años con un pasado como maestra de yoga y artista punk rock llegar a ser CEO? Es cierto que ayuda ser la nieta del fundador, pero la historia de Caitlin Welby es interesante porque ella decidió liderar la compañía familiar para inyectarle los valores que le parecen más importantes, usando su posición de liderazgo como una oportunidad para revolucionar la forma tradicional de hacer las cosas.
De acuerdo con un perfil de Welby publicado en el portal de la revista Fast Company, ella pasó su adolescencia y primera juventud totalmente alejada de RFX Global, la empresa de camiones fundada por su abuelo y dirigida más tarde por su padre: «era una adolescente santurrona y malcriada. Recuerdo que a los trece años decía que no iba a contribuir a la industria porque la gasolina generaba guerras, bla, bla, bla. Estaba tan en contra de la cultura del auto que no obtuve mi licencia hasta los 28 años.»
Unos años después, en diciembre del 2000, su padre falleció de cáncer y Caitlin Welby, además de viajar por todo el mundo, comenzó a asistir a reuniones de consejo en las que el CEO Jim Morse la animaba a unirse de forma más formal a la empresa. La joven todavía dudada sobre este punto, hasta que se dio cuenta de si no le gustaban los valores de la industria, ella podía comenzar a cambiarlos.
Ahora su idea es «ser el líder que quieres ser, en lugar de criticar a alguien más» y pretende usar su nueva posición para influir en los temas que le interesan, como la disponibilidad de agua limpia y comida saludable: «estoy comprometida con el concepto de ‘de la granja a la mesa’, pero la parte de ‘a la’ es un área gris. Los consumidores y productores nos estamos volviendo buenos conociendo la parte de la granja. Y tenemos muy clara la ética de las empresas minoristas que venden los productos (…) pero la parte de cómo llegan ahí es ignorada y por una buena razón: es un desastre», le dijo Welby a Fast Company.
Welby definitivamente tiene un largo camino por delante, ya que la industria del transporte es una de las más sucias del mundo, responsable de un gran porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero. En Estados Unidos, este porcentaje es del 27%.
La nueva CEO, que comenzó en su puesto en enero de este 2015, todavía no quiere afirmar que sabe exactamente cómo mejorará su empresa y tiene otros obstáculos además de los ambientales, como su género (la industria es conocida por su machismo), edad e inexperiencia, pero lo importante es que considera que hacer lo que cree es indispensable para lograr sus metas.
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