Por: Mariana Ardura.
Producida en 2011, esta película francesa nos retrata la vida de la poco estable Justine, una chica que siempre ha llevado una relación extraña con su padre, un sarcástico hombre que fue integrante de un grupo de jazz y viajó por todo el mundo convirtiéndose posteriormente en un vendedor de telas.
Justine es una chica incapaz de establecer relaciones largas con sus parejas, esta inestabilidad la lleva a vivir temporalmente con su media hermana y su esposo, causando cierto alboroto durante su estancia en la casa.
El padre de Justine, Eli, un buen día les da a conocer a sus dos hijas que su nueva pareja esta esperando un bebé, algo que las conmociona ya que su padre tiene casi 60 años. A partir de este hecho vemos transcurrir la vida de los protagonistas durante los meses que dura el embarazo y como sus vidas van cambiando por las pequeñas y grandes decisiones que se toman.
La familia esta teniendo transformaciones importantes en la forma que están estructuradas y la comunicación que hay dentro de las mismas. Durante la película, Eli descubre que tiene un problema grave en su corazón pero decide no contárselo a Justine ya que siente que es lo que menos necesita su hija con la vida inestable que lleva y es su forma de sentir que esta protegiéndola al ser incapaz de tener una relación cercana con ella. Está decisión tiene consecuencias importantes y nos hace reflexionar hasta que punto es responsable o no, anunciar este tipo de sucesos delicados a un familiar.
Temas como el aborto, la adopción, la falta de comunicación familiar, el miedo a hacer vínculos son sutilmente tratados en está agradable película en la que todos nos podemos sentir identificados con al menos uno de los personajes.
Una excelente película que no debes dejar de ver.