La naturaleza y los bienes que provee al género humano se encuentran ante un riesgo creciente, con muchas especies en peligro de subsistencia, por lo que debe darse un profundo cambio.
Tras su advertencia, el Living Planet Report 2016 subrayó que ya en 2012 la biocapacidad para atender las necesidades de la humanidad en ese año equivalía a 1.6 veces planetas Tierra.
Se debe de entender que solo tenemos un planeta y su capital natural es limitado, agrega el documento elaborado por la Sociedad Zoológica de Londres y el Fondo Mundial para la Naturaleza (ZSL y WWF, respectivamente).
El estudio da varios datos del Living Planet Index (LPI), que mide la biodiversidad con el monitoreo de 14 mil 152 poblaciones de tres mil 706 especies de vertebrados incluidos mamíferos, pájaros, peces, anfibios y reptiles de todo el mundo.
De 1970 a 2012 la abundancia de esas poblaciones de vertebrados ha caído 58 por ciento, con un promedio anual de caída de dos por ciento, sin evidencia que la situación se detenga o revierta.
En mamíferos terrestres el declive de la población ha sido de 38 por ciento en el periodo citado, en especies de anfibios del 81 por ciento, la más alta de los monitoreos realizados, y en especies marinas alcanza 36 por ciento.
En esos tres rubros la pérdida y degradación de hábitat es la causa común y habitual del declive de las poblaciones de vertebrados, que en el caso de vertebrados marinos agrega la sobreexplotación.
En tres mil 776 de las poblaciones monitoreadas, las amenazas más comunes de pérdida y degradación de habitats incluyen agricultura no sustentable, desarrollos comerciales y residenciales, producción de energía y minas.
Para los ambientes donde viven las especies anfibias, la fragmentación de ríos y explotación de recursos hidrálucos se suman como causas de degradación.
La contaminación que daña al medio ambiente puede ser directa, como en una exploración petrolera, o indirecta cuando se afecta la disponibilidad de alimentos o el comportamiento reproductivo.
La invasión de especies en habitats que no eran los suyos afecta a las poblaciones nativas bien sea por exterminio directo o a través de enfermedades desconocidas, lo que incluye contagios transportados por el hombre.
El cambio climático es también una amenaza, pues puede llegar a disparar eventos estacionales como migración o reproducción pero en épocas en que no hay las condiciones, por ejemplo de disponibilidad de alimentos.
Living Planet Report 2016 pide una transformación entera que consista en la separación del desarrollo humano de la degradación ambiental y la exclusión social.
Para que así ocurra, se necesitan cambios en las áreas de protección del capital natural, gobernanza, flujos financieros, mercados y sistemas alimentarios y energéticos.
Demanda la expansión de la red global de protección de áreas naturales, con mecanismos adecuados de fondeo.
Los marcos legales y de políticas públicas deben apoyar el acceso equitativo a la alimentación, agua y energía, así como estimular procesos para el manejo sustentable de la tierra y las aguas terrestres y marinas.
Para ese acceso equtativo, es necesario la evolución de la definición de bienestar que incluya salud personal, social y medio ambiental, donde se considere a las generaciones futuras así como el valor funcional de la naturaleza.
También pide fondos para la conservación y el manejo sustentable de los ecosistemas, y advierte que muchas instituciones financieras siguen financiando actividades dañinas como minas de carbón, explotación petrolera y agricultura que afecta al medio ambiente.
Llama la atención sobre la necesidad de producir mejor y consumir de manera más sabia, a fin de establecer mercados resilientes que operen con seguridad.
Se pronuncia por las fuentes alternativas de energía que dejen atrás a los combustibles fósiles, a fin de reducir los riesgos del cambio climático.
La transición global hacia fuentes de energía renovable como solar y eólica sigue como tarea inmensa, pero se reconoce que muchos países ya están comprometidos en la transformacion de sus sistemas energéticos tradicionales, agrega.
Fuente: Aristegui