Cafeterías repletas de delicias, gimnasio, juegos y múltiples amenidades parecen estar de moda en las oficinas de las empresas más atractivas para el talento joven. Compañías como Google y Facebook se han vuelto especialmente famosas por ofrecer a sus colaboradores espacios de trabajo que resultan tan divertidos como inspiradores y se adaptan a todas sus necesidades promoviendo la colaboración y el trabajo en equipo, al tiempo que les permiten la posibilidad de aislarse en momentos específicos.
Las oficinas más revolucionarias han decidido incluso destinar espacios de descanso que permitan a sus colaboradores tomar una siesta y reponer energía en medio de la jornada laboral, algo que habría sido muy útil para el trabajador de Virgin al que Richard Branson, CEO de la marca, sorprendió hace varios días durmiendo en un sillón en horas de trabajo durante una aventura en Australia.
Los horarios flexibles, la ausencia de códigos de vestimenta, las vacaciones ilimitadas e incluso la posibilidad de congelar óvulos para aplazar la maternidad son prácticas que se suman a estos espacios en empresas que desean cambiar por completo el significado de trabajar en una oficina; sin embargo todavía existe algo que ni siquiera los más disruptivos líderes parecen haberse atrevido a implementar: una oficina en medio del océano, esta es exactamente la descripción de Coboat, un espacio de coworking en Phuket, Tailandia.
Se trata nada menos que de un barco equipado con Wi-Fi en el que los trabajadores no sólo podrán colaborar con su equipo de trabajo, sino estarán literalmente viviendo con él, por lo que podrán intercambiar ideas y obtener retroalimentación en todo momento al tiempo que se mantienen abiertos a hacer nuevos amigos; así que cuidado con subirte a este modelo si no toleras a tus compañeros.
Clases de yoga, lecciones de buceo y una increíble vista completan una experiencia inigualable que permitirá a las personas a bordo conocerse a profundidad, comunicarse con su equipo y reconectarse con su trabajo; aunque desde luego se trata de un modelo bajo el que se puede laborar en periodos cortos de tiempo, ya que los participantes no pueden simplemente volver a casa al finalizar la jornada.
El creador de este proyecto Karsten Knorr asegura que se trata de una excelente forma de lograr que las personas conecten unas con otras y se enamoren de su trabajo, aunque quizá no se trata de una experiencia hecha para todo el mundo, ¿o si?
En una entrevista con Fast Company, Knorr ha señalado que el barco es además una excelente oportunidad para ayudar a crear nuevas soluciones para combatir la contaminación de los océanos, ya que constituye una oportunidad para que las personas que trabajan en espacios cerrados vivan de cerca la problemática y sean consientes de ella.
Entre las actividades programadas para cada experiencia se encuentra la realización de talleres en los que los participantes podrán conocer sobre la contaminación de los océanos y proponer soluciones a ello.
Para ofrecer la primera experiencia de coworking, Knorr utilizó un barco alquilado, pero el nuevo hogar de este proyecto está diseñado para ser también un gran amigo del medio ambiente, ya que mientras muchos navíos funcionan a través de diesel, este incluye motores eléctricos y utiliza velas la mayor parte del tiempo.
El Coboat además está equipado con celdas solares que le permiten recargar la energía de su motor. Una semana de esta maravilla cuesta alrededor de mil trescientos dólares y hasta el momento se han vendido suficientes para contar cien semanas a bordo. Las ganancias de esta actividad son donadas a organizaciones de la sociedad civil o invertidas en negocios sociales que apoyan causas relacionadas con el océano. ¿Te atreverías a vivir algunos días con tus colegas en esta situación?