Una de las Ligas, sino es que la Liga con mayores niveles de inversión y retorno en el mundo, la National Football League, creada en 1920, ha ido creciendo paulatinamente hasta posicionarse como la número uno en el territorio estadounidense, valuada casi en dos veces el tamaño de la siguiente en orden de importancia, la NBA.
Este gigante que al parecer todo hace bien, desde sus transmisiones de TV, el manejo del Draft (proceso para contratar jugadores nuevos), el período de contratación, competitividad, experiencia -in situ- en cada partido, manejo de PR de jugadores, técnicos y directivos, comercialización, planes de expansión y ni que hablar de sus múltiples programas y esfuerzos en Responsabilidad Social (“NFL Youth tackle”, “NFL Play 60”, “NFL in the community”, entre muchas otras) pues existe un renglón en el que deberán prestar mayor atención ya que no les están saliendo bien “las cuentas” en el comportamiento de algunos de sus jugadores.
Este deporte y liga en general nos ha dado múltiples ejemplos de vida aleccionadores, de superación, motivación, entre otros. En esta liga vemos jugadores que se han sobrepuesto a terribles historias de violencia, agresión, falta de educación, inseguridad, pobreza, etcétera. Estos deportistas que son de los más atléticos que podemos encontrar en el mundo, quarterbacks, corredores, receptores, esquineros, line backers, entre otros, que en realidad son un ejemplo físico – atlético para muchos de sus colegas deportistas pero que además de demostrar un increible desempeño en los campos de entrenamiento y de juego, son humanos y cometen errores y aciertos fuera de estos terrenos, así como tu o como yo, estimado lector.
Y es que en lo que va de este año, ha habido 39 arrestos a los jugadores de esta liga; número por demás alarmante ya que representan 1 de cada 100 jugadores en activo o 1 por cada organización/ equipo. (fuente San Diego Union- Tribute NFL Arrest Database)
Dos de estos jugadores son altamente reconocidos, son rockstars de hecho, Chad Johnson (antes conocido como Chad Ochocinco) y el otro, un gran “ala cerrada”, nominado al Pro Bowl 2011 (Tazón de los mejores jugadores) y uno de los mejores 100 jugadores de la pasada temporada, Aaron Hernández.
A Aaron lo acaban de arrestar, ya que es es el principal sospechoso de asesinato de Odin Lloyd el pasado 17 de Junio y a juzgar por los hechos, a este chico de 23 años le esperan muchos años de prisión, una truncada carrera estelar en la Liga más relevante de su país y decenas de millones de dólares que no cobrará, es decir, su brillante presente y futuro como jugador de fútbol americano, como “rockstar” y como líder de opinión en el mundo deportivo se han terminado.
Por otro lado, es muy interesante ver la reacción de los directivos y entrenadores de su equipo (New England Patriots), que decidieron despedirlo el miércoles pasado, sin esperar a ver si el jugador (importantísimo en su esquema de juego) resultaba ser inocente y es que hace mucho sentido que un equipo/ organización que promueve la transparencia, el deporte limpio, rechazo a toda forma de violencia, no esté de acuerdo que uno de sus colaboradores se vea involucrado en este tipo de incidentes; y más si recordamos que algunos jugadores de este equipo acudieron al llamado para ayudar a las víctimas del atentado terrorista en el pasado Maratón de Boston.
Y no solo eso, los Patriots le han ofrecido a toda la afición que haya comprado un jersey de Hernández que lo puedan canjear este 6 y 7 de julio en sus tiendas por un jersey de otro jugador, la verdad, una medida muy inteligente; no se quieren ver involucrados en este tema ni con este jugador, ofreciendo pagar ellos mismos por un jersey nuevo con tal de minimizar la relación de un acto violento con su organización.
A mi forma de ver, esto fue un ejemplo de reacción impecable, ojalá muchas decisiones así se tomen para el bien de este deporte, jugadores y equipos.
Ahora el punto fuerte no es este, sino las decisiones y cambios que debe llevar a cabo la cúpula directiva de esta liga para tratar de detener estos incidentes que están dañando a uno de los espectáculos deportivos más importantes de la historia; por ello, te pregunto estimado lector, si tu fueras Roger Goodell (el comisionado) ¿qué harías para tratar de detener esto en el futuro?
No es tan fácil, primero porque debemos recordar que un arresto no implica necesariamente culpabilidad y segundo porque no todos los delitos tienen la misma gravedad.
Mauricio Ramírez Cuesta
Trabajo con el deporte y el marketing; me he especializado en el cruce de estos con la responsabilidad social y la sustentabilidad. Estoy convencido de que en el deporte también se gana creando valor.
Licenciado en Marketing por la Universidad Anáhuac y MBA. Soy profesor y conferencista en Sports Marketing.
Twitter: @sports_mau email: [email protected]