Si bien el hambre representa un problema de gran magnitud para el país, “no es nada” comparada con las epidemias de sobrepeso, obesidad y diabetes, que van en aumento, consideró la Alianza por la Salud Alimentaria, conformada por diversas organizaciones de la sociedad.
Ante ello, dichas organizaciones plantearon que resulta preo-
cupante que, desde su punto de vista, no exista una definición clara por parte de la Secretaría de Salud respecto del tema de regulación de los denominados alimentos chatarra, así como de los impuestos al refresco.
En este contexto, denunciaron la ausencia de acciones concretas para eliminar y sancionar la publicidad engañosa de productos dirigidos a la infancia.
Esto tomando en cuenta que un niño está expuesto a 12 mil anuncios publicitarios al año, acerca de productos que en 90 por ciento no cumplen con la calidad nutricional para garantizar su salud, indicaron.
“Estos productos tienen una publicidad engañosa desde los colores, las imágenes que presentan y las expectativas que generan en nuestras niñas y en nuestros niños, y no estamos hablando de un problema menor para los derechos de la infancia si recordamos que el 30 por ciento de la población en el país son niñas, niños y adolescentes, lo que equivale a más de 40 millones de personas que están expuestas al impacto de esta publicidad”, advirtió Alma Meneses, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim)
En febrero de 2010, 14 de las principales empresas de alimentos se comprometieron a no dirigir publicidad de productos que no cumplieran con sus propios criterios nutricionales a menores de 12 años.
Sin embargo la mayoría siguen sin realizar ningún cambio en sus prácticas, agregaron.
Tan sólo entre enero y agosto de 2012, según un análisis de dichas organizaciones, se invirtieron 408 millones 776 mil 124 pesos en campañas publicitarias para promociorar en televisión 11 golosinas.
Por ello, para la organización El Poder del Consumidor no basta con acuerdos y compromisos voluntarios por parte de las empresas, toda vez que no están sustentadas en criterios científicos y por lo tanto no cumplen con las recomendaciones internacionales.
Por ejemplo, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de azúcar en los niños no debe rebasar cuatro cucharadas cafeteras durante el día, un estudio de las organizaciones documenta que con un sólo desayuno de cereal azucarado los niños consumen cinco cucharadas cafeteras.
“Los criterios que han establecido las empresas son totalmente permisivos para tener publicidad de alimentos que no son recomendables”, explicó Katia García, investigadora en salud alimentaria.
En este sentido la Alianza por la Salud Alimentaria exigió una política integral de combate a la obesidad que responda a las recomendaciones de la academia, las asociaciones civiles y la OMS por parte del Estado.
“Nos preocupan mucho las declaraciones desde la Secretaría de Salud encaminadas a decir que los hábitos van a cambiar con la educación, sin modificar el ambiente obesigénico, eso creemos que es un discurso muy cercano a la industria”, expresó Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor.
Las bebidas azucaradas causan 183 mil muertes
Una investigación de la Asociación Americana del Corazón reveló que el consumo de refrescos y otras bebidas azucaradas se puede asociar a 183 mil muertes en el mundo cada año.
A partir de información recopilada en 2012, el estudio dado a conocer ayer durante las Sesiones Científicas de la Asociación sobre Epidemiología, Prevención/Nutrición y Metabolismo relaciona el consumo de bebidas azucaradas con 133 mil muertes por diabetes, 44 mil por enfermedades cardiovasculares y seis mil por cáncer.
Entre las 15 naciones con mayor población, México es una de las que registra un mayor consumo de refrescos.
Asimismo, presenta el mayor índice de muertes asociadas al consumo de estas bebidas, con 318 fallecimientos por cada millón de adultos.
Esto se traduce en la muerte anual de 22 mil 20 personas, es decir, 12 por ciento de las muertes ocurridas en el mundo asociadas al consumo de bebidas azucaradas.
En contraste Japón, uno de los países con el menor consumo de bebidas azucaradas en el mundo, presenta el menor índice de muertes asociadas a esos productos, de diez decesos por cada millón de adultos.
Según la investigación que calcula el consumo de bebidas azucaradas alrededor del mundo por edad, sexo, efecto en obesidad y diabetes, y el impacto de éstas en la mortalidad, América Latina y el Caribe tiene la mayor cantidad de muertes por diabetes relacionadas con el consumo de esos productos.
Un total de 78% de las defunciones ligadas al consumo de esas bebidas ocurrieron en países de ingresos medios y bajos.
En el estudio Mortality Due to Sugar-Sweetened Beverage Consumption: A Global, Regional and National Comparative Risk Assessment, se pone de manifiesto que las bebidas azucaradas contribuyen a un exceso de peso que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, así como enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
En México, una persona consume en promedio 163.3 litros de refresco cada año mientras que un estadounidense toma 118.1 litros, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Yale.
Fuente: Excelsior