Hace más de 60 años el líder del movimiento por los derechos humanos de la población negra de los Estados Unidos, Martin Luther King, dijo en su célebre discurso “Tengo un sueño, que mis cuatro hijos vivan un día en una nación en la que no sean juzgados por el color de su piel sino por la naturaleza de su carácter”. Lamentablemente ese sueño sólo se ha cumplido parcialmente en el país de la bandera estrellada, así como en otras naciones que, pese a jactarse de ser “países desarrollados” siguen teniendo un serio problema de racismo en sus entrañas.
Tal es el caso de Reino Unido, donde una reciente producción teatral sacó a la luz el racismo de una sociedad “primermundista”, pero con un prejuicio añejo, luego de que el público atacó hostil y continuamente a la actriz Francesca Amewudah-Rivers por haber sido elegida para interpretar a Julieta al lado del actor Tom Holland, en el papel de Romeo.
Estos acontecimientos van más allá de un episodio de racismo en Romeo y Julieta, sino que son tan solo el ápice de una estructura social en la que la discriminación por origen étnico sigue siendo un problema sin resolver que afecta la salud mental y el desarrollo personal y profesional de las personas que pertenecen a minorías raciales y que, como Amewudah-Rivers, tienen que lidiar con ello cada día.
¿Cuáles han sido las declaraciones de la actriz ante estos sucesos?, ¿qué acciones socialmente responsables debe emprender la industria del teatro para proteger a las minorías? Te decimos.
¿Racismo en Romeo y Julieta o en las entrañas de la sociedad?
Cuando la compañía teatral Jamie Lloyd anunció el elenco que interpretaría el clásico inglés Romeo y Julieta, no imaginó que la sola elección de Francesca Amewudah-Rivers para el papel de la emblemática jóven que muere trágicamente por amor descubriría un resabio social lamentable. Ante la noticia, el público empezó a asediar a la actriz vía redes sociales con comentarios racistas y mensajes de odio, y recados hostiles enviados al teatro, todo lo cual provocó que la jóven se sintiera insegura durante su debut en el West End, en el teatro del Duque de York:
“Hubo muchos días en los que no sabía cómo iba a superarlo. La oleada de abusos se mantuvo durante todo el trabajo. Recibí amenazas de muerte, mensajes de odio enviados al teatro. No me sentía segura en el trabajo”.
Francesca Amewudah-Rivers.
Pese a las amenazas recibidas directamente en su lugar de trabajo, Amewudah-Rivers se esforzó por continuar con las representaciones que, según afirma, la hicieron sentir “muy expuesta” debido a la decoración escasa y las escenas con cámara en primer plano:
“Después del abuso, tener que mirar fijamente a la lente de la cámara y que me volaran la cara en este teatro fue muy duro mentalmente”
Francesca Amewudah-Rivers.
La actriz nominada a los premios Black British Theatre Awards de este año tuvo que dar su mejor actuación mientras lidiaba con las afectaciones a su salud emocional y comentarios que no se fundamentan en sus capacidades ni en su talento, sino en un prejuicio que atenta contra los derechos de las minorías étnicas:
“Creo que no estaba preparada para lo mucho que duró y para tener que lidiar con ello mientras hacía el trabajo. Fueron cuatro meses de lucha contra esta energía y es algo con lo que todavía tengo que lidiar. Realmente tuve que decidir si valía la pena esta sensación constante de presión”.
Francesca Amewudah-Rivers.
La actriz dijo que su experiencia inicial en el West End fue “increíblemente dura” y que ya había considerado que podría ser atacada por su raza:
“Sé lo que significa avanzar por la vida con un cuerpo negro. El racismo es algo con lo que tenemos que lidiar todos los días, así que era muy consciente de la posibilidad de que algo así sucediera.
Francesca Amewudah-Rivers.
Ninguna actriz o actor debería tener que prepararse psicológicamente para recibir ataques racistas o ser rechazada por pertenecer a determinada etnia, no obstante, el racismo del que fue testigo el elenco de Romeo y Julieta en pleno 2024, así como las declaraciones de Amewudah-Rivers demuestran que esto es una realidad a la que se enfrentan los artistas que pertenecen a una raza no hegemónica.
Amewudah-Rivers hace llamado a la lucha contra el racismo en el teatro
La actriz de 26 años reveló que el acoso no sólo la afectó a ella, sino a su familia y amigos, así como al elenco, equipo y productores de la puesta en escena de la Jamie Lloyd Company. La empresa no dudó en condenar los abusos desde el primer momento mediante sus redes sociales y advertir que denunciaría el hostigamiento.
Luego de ser víctima de comentarios discriminatorios y recibir amenazas de muerte, Amewudah-Rivers solicitó a la industria del teatro iniciar conversaciones sobre el tema ya que, aseguró, “no basta con representar a nuestras comunidades en el escenario, también es necesario que haya una infraestructura de apoyo”.
El racismo en Romeo y Julieta no es un caso aislado, sino que, tal como la actriz indicó, muchos actores han tenido altercados similares, razón por la cual demandó a la industria incrementar tanto las medidas de seguridad como el respaldo a las actrices y actores:
“La seguridad tiene que ser lo más importante. No podemos hacer nuestro mejor trabajo si no nos sentimos seguros, si no nos sentimos apoyados, si no nos sentimos comprendidos. Creo que es necesario hacer más, sobre todo porque sé que no estoy sola. Conozco a otros actores que han tenido experiencias similares, más recientemente”.
Francesca Amewudah-Rivers.
Tras los ataques contra la intérprete de Julieta, más de 800 actrices y actores, en su mayoría pertenecientes a grupos históricamente segregados (negros, mujeres y no binarios) firmaron una carta en la que se solidarizaron con Amewudah-Rivers. Entre los remitentes de la misiva se encuentran Lashana Lynch, Sheila Atim, Marianne Jean-Baptiste, Lolly Adefope, Freema Agyeman, Wunmi Mosaku y Tamara Lawrance.
Una buena medida de RSE: fomentar la representación diversa en el teatro
Amewudah-Rivers señaló que el incidente del que fue víctima es una muestra de que el sector teatral de Reino Unido aún tiene un problema de falta de diversidad racial en el escenario:
«Que mi elección para este papel cause tanta indignación significa que aún nos queda mucho por avanzar. El teatro tiene una tradición de comunidad, debería representar a la sociedad. Especialmente en Londres, donde hay una gran comunidad británica negra, tanto aquí como en el Reino Unido. No debería ser una sorpresa. Nuestras historias como personas negras han sido borradas. Se trata de reeducar. No soy la primera Julieta negra, y no seré la última.»
Francesca Amewudah-Rivers.
El racismo en Romeo y Julieta pone en evidencia las barreras persistentes para la diversidad y la inclusión (D&I) en la industria teatral y destaca la necesidad de implementar mayor protección y apoyo para actores de grupos subrepresentados, quienes no solo se enfrentan a los desafíos inherentes al trabajo artístico, sino también la carga adicional del racismo y la discriminación.
Para mejorar en términos de D&I, la industria del teatro podría implementar varias medidas clave, como establecer protocolos claros para la protección de actores de minorías, que incluyan apoyo psicológico y medidas de seguridad reforzadas.
Además, las compañías teatrales deben comprometerse a fomentar un ambiente inclusivo tanto dentro como fuera del escenario, ampliando las oportunidades de representación y contratando personal diverso en todas las áreas de producción. Programas educativos para el público y talleres sobre sensibilidad cultural también pueden ayudar a reeducar y cambiar actitudes, permitiendo que el teatro sea un verdadero reflejo de la pluralidad social.