Ante la meta establecida por los Acuerdos de París para mitigar el cambio climático, el informe Global Energy Outlook de McKinsey & Company lanza una advertencia urgente frente a los desafíos para lograr la descarbonización, es decir, la eliminación de combustibles derivados de los fósiles, como son petróleo y gas y acelerar la transición a energías limpias y menos contaminantes, de acuerdo con Environment Energy Leader.
Desde cuellos de botella en tecnologías verdes hasta la necesidad de una redefinición global en la cadena de valor energética, es hora de enfrentar la realidad incómoda y trascender las barreras, pues la descarbonización no es solo una meta; es la llave para un futuro sostenible, señala el informe.
Desafío de imitar el calentamiento global a 1.5°C
El análisis explora cuatro escenarios posibles para la transición energética, con un rango de calentamiento global de 1.5 a 2.9°C. Según las tendencias actuales, se espera que el calentamiento alcance un promedio de 2.3°C por encima de los niveles preindustriales para el año 2100. El informe explica que esto podría evitarse y mejorarse mediante una rápida descarbonización respaldada por un «cambio macro» de los tomadores de decisiones que establezcan políticas para cumplir con el objetivo de 1.5° establecido en los Acuerdos de París.
Específicamente, el escenario de 1.5 grados requiere compromisos de emisiones netas cero alcanzados por los 70 países que han establecido objetivos explícitos, una disminución del 74% en las emisiones para 2050 en comparación con 2019 y que el 85% de la generación de energía provenga de fuentes renovables para 2050.
Superar los obstáculos en la transición
Incrementar la energía renovable es un requisito comúnmente citado para cumplir con los objetivos globales de descarbonización, pero varios obstáculos se interponen en el camino de los niveles de crecimiento necesarios. El informe identificó diversos cuellos de botella, como la disponibilidad de tierras, la infraestructura energética, la capacidad de fabricación y la asequibilidad para los consumidores, entre otros, que deberán superarse para alcanzar los objetivos de emisiones netas cero.
El informe también señala que las tecnologías con el crecimiento más rápido, como la eólica y solar, los vehículos eléctricos, el hidrógeno verde y las bombas de calor, son las más susceptibles a los cuellos de botella identificados.
“El análisis de estos escenarios detallados muestra que el mundo requiere un cambio importante de rumbo para alcanzar los objetivos alineados con el Acuerdo de París”, afirmó Bram Smeets, socio de McKinsey.
“Si bien observamos un fuerte aumento en tecnologías bajas en carbono como la solar, la eólica y las bombas de calor eléctricas, se necesita un impulso global urgente y colaboración en toda la cadena de valor de la energía para resolver los cuellos de botella y cumplir con los requisitos críticos para acelerar la descarbonización”.
Bram Smeets, socio de McKinsey.
Expectativas de disminución en la demanda de combustibles fósiles
El informe también identifica los requisitos necesarios que deberán cumplirse en todos los tipos de combustibles, como las necesidades de inversión y el desarrollo de la cadena de suministro.
McKinsey & Company enfatiza que el consumo global de energía, que ha estado en aumento, podría disminuir hasta un 6% a medida que los sectores trabajan para electrificar sus operaciones, lo que resultaría en un menor consumo de energía. Sin embargo, si la electrificación se desacelera, el consumo de energía podría aumentar hasta un 24%.
Dentro del sector energético, la electricidad y el hidrógeno se identificaron como los portadores de energía de más rápido crecimiento, con una expectativa de que la demanda de hidrógeno aumente de dos a cinco veces para 2050 en todos los escenarios.
Según el informe, el crecimiento agregado total en los combustibles fósiles ha comenzado a disminuir, y se espera que la demanda también comience a disminuir en los próximos dos a siete años en todos los escenarios. Esto se atribuye a una desaceleración en el crecimiento del parque automotor, la tecnología de eficiencia de motores para el transporte por carretera y la continua electrificación del transporte.
El papel de las tecnologías verdes en el futuro sostenible
El informe de McKinsey & Company afirma que la inversión anual total en el sector energético se espera que crezca entre un 2% y un 4% cada año, alcanzando entre $2 billones y $3.2 billones de dólares en 2040, liderada por la inversión en tecnologías de descarbonización.
“Si bien la transición energética ha ganado impulso, será aún más facilitada por el crecimiento continuo de la inversión en tecnologías verdes y en transmisión y distribución eléctrica”, afirmó Luciano Di Fiori, socio de McKinsey. “La inversión en un portafolio amplio y equilibrado de soluciones bajas en carbono es una de las palancas más críticas para despejar los cuellos de botella en la transición”.
