A diferencia de otros países, los consumidores mexicanos tienen un nivel de confianza elevado en las empresas, sin embargo, éstas aún no han logrado aprovechar eso para generar mayores ganancias y expandir su negocio, señalaron especialistas.
Durante la presentación de los resultados del Barómetro de Confianza 2013 de Edelman, Verónica Baz, directora general del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), señaló que la elevada confianza en las empresas no se ha traducido en un mayor crecimiento para ellas, ni mejores servicios en los consumidores.
«En México vemos que hay una buena voluntad por el nivel de confianza que hay, pero creo que por ello hay una oportunidad perdida, porque si bien hay confianza, no vemos a las instituciones o a los mexicanos aprovechando la oportunidad», dijo.
Según los resultados del ranking elaborado por Edelman, 82 por ciento de los encuestados señaló que confían en las empresas, el nivel más alto entre los 26 países encuestados.
La confianza es uno de los elementos más difíciles de adquirir y las empresas en México ya la tienen por parte de los consumidores, no obstante si no se aprovecha pronto, se podría perder antes de lo esperado, añadió Gabriel Lozano, economista en jefe de J.P. Morgan México.
«La confianza tarda siempre en gestarse, pero a la vez sin resultados en corto plazo podría perderse fácilmente», destacó.
La encuesta de Edelman dice que los negocios pequeños son los depositarios de una buena parte de la confianza.
Esto se refleja en que 88 por ciento de los consultados señaló que confían en los pequeños negocios, 10 puntos por arriba del promedio de América Latina y 18 por encima de los países emergentes.
Al respecto, Gail Becker, presidenta para América Latina y Occidente de Edelman, mencionó que las empresas en México, sin importar su tamaño, deben aprovechar el momento y construir una relación más cercana con los consumidores.
Becker detalló que si bien los empresas gozan de una buen reputación, los empresarios no gozan de la misma popularidad, por lo que el reto de la comunicación con el cliente debe comenzar desde lo más alto del organigrama.
Fuente: Reforma