Desarrollando muros muy resistentes con PET

Las egresadas del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 11 Wilfrido Massieu de la carrera técnica en Construcción, Evangelina Díaz Cisneros y Araceli Martínez Carmona, jóvenes que actualmente tienen 18 años, crearon una empresa sustentable para aprovechar los desperdicios de botellas de tereftalato de polietileno, mejor conocidas como PET, para elaborar muros divisorios de oficinas y casas.

Durante seis meses las estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que en el momento de desarrollar su plan contaban con apenas 16 años, se dedicaron a estudiar cuál podría ser el mejor material para elaborar muros de bajo costo, alta resistencia, aislamiento térmico y acústico.

«Empezó como un proyecto de titulación hace 2 años y así comenzamos a ver cuáles eran las necesidades de la construcción y cómo podíamos contribuir a mejorar el medio ambiente.

«Lo primero que vimos es que el PET mostraba muchas propiedades de resistencia, color, abundancia y economía que nos podían ser útiles», relató Evangelina Díaz.

Preocupadas por los daños que ocasiona la basura producida por el PET y sus graves repercusiones en el medio ambiente, las jóvenes idearon la manera de recuperar este material que es limpiado y triturado por empresas especializadas en recolectarlos.

Las estudiantes seleccionaron las hojuelas de PET, por tamaño y color, para realizar una mezcla con resina, que permite conformar un muro de gran durabilidad, que por las características del PET no se deteriora con el tiempo.

«Fuimos a las plantas especializadas por el PET y lo comenzamos a separar por colores: verde, blanco, azul y por tamaño.

«Después lo mezclamos con diversos aditamentos para hacerlo más resistente, le pusimos una emulsión para darle el acabado y lo vertimos en moldes para darle la forma requerida de un muro y el tiempo hace su magia, para dar un producto terminado», resaltó Araceli Martínez.

Uso ecológico

Los paneles reciclados pueden ser usados en oficinas y casas como muros de carga y divisorios.

«El PET brinda propiedades acústicas, resistencia y puede ser traslúcido y opaco, por lo que no requiere de acabados, además de que es muy fácil colocarlo, es estético y no se ve afectado por factores ambientales como el calor o el fuego», relató Evangelina Díaz.

Una vez que encontraron que el mejor material podría ser el PET reciclado, comenzaron a realizar pruebas durante un año para desarrollar los prototipos y muestras.

«Nuestro proceso se maneja en frío, porque muchas ocasiones reciclar y tratar el PET aplicando calor produce más contaminantes, incluso deseamos eliminar cualquier tipo de emisión de gases tóxicos cuando se agrega un catalizador de secado, por lo que suprimimos esta fase y dejamos que el panel se seque», añadió Araceli Martínez.

Al desarrollar este producto, las estudiantes obtuvieron el segundo lugar en la categoría de base tecnológica del nivel medio superior en el Décimo Encuentro de Emprendedores y Empresarios, organizado por la Unidad Politécnica para el Desarrollo y Competitividad Empresarial del IPN, y crearon la empresa Bio-Constr.

«Ahí nos enseñaron a realizar un plan de negocios, fue una experiencia que nos costó mucho trabajo, porque teníamos 16 años cuando eso ocurrió, que fue hace 2 años y fue toda una travesía, por la inexperiencia en la parte administrativa que no era nuestra área», mencionó.

El concurso motivó a las jóvenes a crear su compañía, que ahora verifica la calidad, resistencia y normatividad de su primer prototipo de panel hecho con PET reciclado.

«Además, la empresa desarrolla nuevos productos basados en la misma tecnología, que es usar desechos de PET y otros materiales que hay en el medio ambiente», dijo Evangelina Díaz.

El proyecto de empresa tiene 2 años de haber iniciado y este muro, con dimensiones estándar de 2.40 por 1.20 metros, es el primer producto que se ha creado, pero existe una amplia visión, por lo que las estudiantes no descartan la posibilidad de comenzar con el proceso de incubación y realizar mejoras con los conocimientos que adquieran en la Escuela Superior de Ingeniería del IPN, en donde continúan sus estudios.

«Sabemos que iniciamos con un proceso largo y que aún nos faltan conocimientos para perfeccionar nuestro producto, pero vamos a continuar con las mejoras, la implementación de materiales y la innovación, de tal manera que podamos fabricar los paneles mediante procesos 100 por ciento ecológicos», coincidieron.

En la actualidad ambas chicas se encuentra profesionalizando su desarrollo y no descartan la posibilidad de en breve salir al mercado, puesto que han recibido varias propuestas.

«Nos dimos cuenta que hay mejoras que podemos implementar en cuanto al precio, para que los muros sean más accesibles a la gente de escasos recursos», aceptó Araceli Martínez.

Círculo ecológico

En la actualidad, el plástico de botellas reciclado es utilizado para fabricar nuevamente envases, escobas, alfombras, juguetes, contenedores y bolsas. Cada tonelada recuperada y reciclada equivale a:

3.32 toneladas de bióxido de carbono no emitido al ambiente.

4.44 dólares, aproximadamente, son las divisas generadas al País por la exportación del crudo no usado y del gas natural no importado.

357 barriles de petróleo que se dejan de consumir para fabricar resina de PET virgen.

Su preocupación

Debido a la contaminación generada por el plástico, las estudiantes buscaron una opción para utilizarlo.

– El plástico puede permanecer hasta mil años en el medio ambiente.

– Anualmente, se forma una montaña de basura plástica de 8 mil a 12 mil millones de recipientes desechados.

– Un trillón de bolsas de plástico son desechadas cada año.

– En México, sólo 5 por ciento del plástico se recicla, aunque el material puede tener este proceso más de 20 veces antes de volverse débil y quebradizo.

– El plástico se puede reciclar empleando energía para fundirlo y volver a formar materia prima o productos terminados.

Fuente: Reforma, Suplemento Industria del plástico, p. 14-15.
Reportero: Karla Rodríguez.
Publicada: Marzo de 2011.