Como cada año, en el cuarto jueves de abril se conmemora el día de las niñas en las tecnologías de información y comunicación como parte de una iniciativa de la ONU que busca visibilizar la inequidad que existe en todo el mundo respecto de la inclusión de niñas y mujeres en las TIC.
Actualmente, los números y las estadísticas muestran una precaria situación laboral y educativa de las niñas y mujeres en el país y su relación con en el uso de las tecnologías de información y comunicación y los puestos de trabajo asociados a dichas disciplinas.
De acuerdo con los datos de la Encuesta sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información y la Comunicación en los Hogares (ENDUTIH), en la actualidad el 51.5% de los usuarios de Internet son mujeres, un porcentaje ligeramente mayor al de los varones que representan un universo del 48.5% del total.
En México todavía falta mucho para lograr la equidad con las TIC. Según Forbes, con la calculadora de probabilidades de adopción de TIC y usos de Internet en México del Instituto Federal de Telecomunicaciones, existe una diferencia notable en los datos sobre trabajo: de cada 10 hombres que habitan el país, 7 trabajan. Mientras que, por cada 10 mujeres, sólo 3 trabajan y 4 se dedican al hogar.
Cabe resaltar que en el portal de equidad de género de la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), menciona que la brecha salarial entre hombres y mujeres asciende a 11 puntos en nuestro país, lo que equivale que no sólo existan menos mujeres empleadas, sino que ganan menos que un hombre.
Según Rubén Vázquez, en un texto para Forbes, «la situación se complica entonces para nuestras niñas y adolescentes, puesto que no sólo tienen menos ventaja para dedicarse a una carrera de las llamadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas por sus siglas en inglés), sino que además de la contracorriente cultural que ello implica, tendrán que enfrentarse a una desigualdad salarial latente»
Combatir esa desigualdad implica mirar a profundidad el hecho y ubicar sus causas, que, sin duda, caen en el ámbito cultural y educativo. Una sociedad que se ha forjado bajo los estándares de una cultura masculina, machista y misógina tiene un gran trabajo que hacer para voltear a ver la situación de las mujeres, vulnerables y desiguales en muchos sentidos.
Además, vivimos una cultura es donde todos los referentes de éxito son masculinos y en el mejor de los casos, las mujeres suelen representarse como meros acompañantes. Ante tal situación, la educación se vuelve un elemento central para combatir la brecha digital de género y lograr primero una sensibilización tanto de niñas, como de niños, además de sus padres, tutores y profesores sobre la problemática, para posteriormente, involucrar a todos en la construcción de oportunidades, programas y desarrollos que puedan elevar la competitividad de las niñas en la tecnología.
Las TIC hoy en día tienen un rol muy importante en la vida diaria, en la economía mundial, como elemento de inclusión y como catalizador del desarrollo. Aunque en este último aún hay mucho por hacer, como se puede ver respecto a las metas de desarrollo establecidas por las Naciones Unidas en la Declaración del Milenio establecida en septiembre del 2000 en Nueva York.