El caso saltó a los ojos del mundo no sólo por el morbo que despierta, sino por la práctica tan discriminatoria hacia la vida personal de un empleado; una acción anacrónica y socialmente irresponsable, sin duda alguna.
Scott Janke, administrador del condado Fort Myers, fue despedido de su cargo por estar casado con la estrella porno Anabela Janke Mota, conocida en el medio del cine para adultos como Jazella Moore.
El regidor Larry Kiker señaló que la acción se tomó debido a que «la permanencia de Janke en el cargo pudiera resultar negativa para la comunidad al desviar la atención de los problemas esenciales.»
En el portal del Miami Herald, diario donde se publicó la noticia, los lectores comentaron, en su mayoría, que la actividad de la esposa de Janke nada tiene que ver con su desempeño como administrador de la Ciudad. En Estados Unidos, donde las demandas contra el gobierno tienen más éxito que en otros países, algunos lectores aconsejaron a Janke: «Consíguete un abogado hambriento y demanda a la Ciudad por hasta su último centavo».
Independientemente del caso que ha llamado la atención mundial, cabe la pregunta: ¿Es valido para un empleador despedir a sus colaboradores por cuestiones de su vida personal? La respuesta desde el punto de vista de la RSE es por supuesto que no, mientras esto no intervenga directamente con su labor; sin embargo y por desgracia, en muchos países, ciertas condiciones personales son cuestionadas para ingresar o permanecer como colaborador de una empresa; marcas de orden internacional llevan a cabo estas prácticas a pesar de ostentarse como socialmente responsables. Un terrible error, cuando lo más importante en los procesos de reclutamiento y selección, en cualquiera de sus fases, es que no se vean sesgados por prejuicios. Les compartimos un dato vergonzoso en este renglón: En México 98% de las personas con discapacidad carecen de empleo.
De modo que, si algunos tontamente discriminan por discapacidad, cuánto más por estar casado con una estrella porno.